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Ciclo ’70s Philosophical Sci-Fi: Pensar desde las estrellas. Octubre de 2025 en “Un conejo con ojo”

  1. Solaris (Andréi Tarkovski, 1972, 167 min). La culpa y el recuerdo.
    1. Acerca de
    2. Estética y sonido
      1. La banda sonora
    3. El estilo
    4. Veremos
    5. Debatiremos
    6. Ficha
    7. Trailer
  2. Silent Running (Douglas Trumbull, 1972, 89 min). Naturaleza, ética y desobediencia
    1. Acerca de Silent Running
    2. Sinopsis
    3. La música de Silent Running
    4. Veremos
    5. Debatiremos
    6. Preguntas
    7. Ficha
    8. Trailer
    9. El director Douglas Trumbull
    10. Recepción de la crítica
  3. Phase IV (Soul Bass, 1974, 93 min). La inteligencia colectica
    1. Acerca de Phase IV
    2. Sinopsis
    3. La música de Phase IV
      1. Brian Gascoigne
    4. La fotografía de Phase IV
    5. El debate de Phase IV. Los temas fundamentales
      1. Preguntas para el debate
    6. Ficha
    7. Trailer
    8. El director Soul Bass
  4. The man who fell to earth (Nicolas Roeg, 1976, 139 min). La condición humana.
    1. Acerca de
    2. Sinopsis
    3. El debate. Los temas de The man who fell to earth
    4. Las preguntas para el debate
    5. La película. Crítica e historia
    6. Ficha
    7. Trailer
    8. Nicolas Roeg (1928–2018)
    9. David Bowie en el cine
  5. Punto de encuentro y planning de la velada
  6. ¿Cómo será el coloquio?
  7. ¿Cuánto cuesta la sesión? Reservas

En octubre pensamos sobre nosotros con historias del espacio exterior. En nuestro cine debate “Un Conejo con Ojo”, desde el corazón de El Rastro y Lavapiés, proponemos un viaje a la ciencia ficción setentera, un ciclo que nos trae cuatro maravillosos metrajes: Solaris, Silent Running, Phase IV y The Man Who Fell to Earth. Cuatro maneras de preguntarnos qué es memoria, qué merece ser salvado, quién manda en la Tierra y qué significa caer aquí, en nuestro mundo.

Desde el infinito silencio estelar, con conmovedor asombro proponemos el universo como espejo de nuestro yo interior.

Martes 7 — SOLARIS (Andréi Tarkovski, 1972, 167 min)
Martes 14 — SILENT RUNNING (Douglas Trumbull, 1972, 89 min)
Martes 21 — PHASE IV (Saul Bass, 1974, 84 min)
Martes 28 — THE MAN WHO FELL TO EARTH (Nicolas Roeg, 1976, 139 min)

¡Nos esperan unas apasionantes veladas de pensamiento y ciencia ficción!

Te esperamos cada martes a las 19:30h en Big Tree Books (C/ Dos Hermanas, 17) para compartir maravillosa películas y debates. Acompáñanos en esta nueva aventura cinematográfica de la mano de nuestro conejo blanco con un solo ojo.

Solaris (Andréi Tarkovski, 1972, 167 min). La culpa y el recuerdo.

Un océano que recuerda. ¿Puede desatarse la memoria como una fuerza de la naturaleza y tornarse física?

Acerca de

En nuestro ciclo Un Conejo con Ojo:’70s Philosophical Sci-Fi os traemos el vértigo de la conciencia desde el silencio estelar. Solaris (1972), de Andréi Tarkovski, es un viaje a esa frontera donde el duelo y el deseo levantan fantasmas de carne y recuerdoa. Un psicólogo, Kris Kelvin, llega a una estación espacial en órbita de un planeta-océano y descubre que el monstruo no está afuera: el planeta piensa… y nos devuelve aquello que amamos y no supimos mantener. Solaris es uno de los hitos mayores de la ciencia ficción metafísica.

La estación orbital sobre Solaris no gira alrededor de un planeta, gira alrededor de la culpa. Tarkovski filma el pensamiento con la paciencia de una marea: los muertos vuelven no como fantasmas, sino como posibilidades no resueltas en el pasado y que buscan otra oportunidad. Mientras la ciencia observa, la fe escucham y entre ambas se abre un abismo interminable.

Solaris fue estrenada en 1972 y basada en la novela de Stanisław Lem. La película está protagonizada por Donatas Banionis y Natalya Bondarchuk. El guion es de Tarkovski y Fridrikh Gorenshtein. La duración es de 165 min.

Estética y sonido

La fotografía de Vadim Yusov compone un espacio vivido y melancólico: metal envejecido, luz lechosa, naturaleza como patria perdida. La banda sonora de Eduard Artemyev alterna electrónica espectral con la plegaria de Bach (“Ich ruf’ zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 639”), que funciona como hilo de memoria en medio del vacío

La banda sonora

La partitura fue compuesta por Eduard Artemiev, pionero de la música electrónica en la Unión Soviética, quien experimenta con sonidos abstractos y ambientes que dialogan con la imagen y la memoria. Se usó un sintetizador optoelectrónico ANS (inventado por Evgueni Murzin), que permite transformar gráficas visuales en sonido —un puente entre imagen y música.

Ese contraste entre lo clásico y lo experimental está marcado por el uso del poema coral Ich ruf’ zu dir, Herr Jesu Christ, BWV 639 de J. S. Bach, adaptado como tema terrestre frente a los pasajes más etéreos del cosmos

Hari, la “visitante”, tiene su propio subtema: un cantus firmus basado en Bach pero retocado por Artemiev, que suena en los momentos de crisis emocional (su muerte, la confrontación final). Discogs+4Wikipedia+4Wikipedia+4

El estilo

En Solaris, Tarkovski filma el pensamiento como si de un paisaje se tratara, convirtiendo en contemplación cada instante del tiempo que pasa. Es ciencia ficción íntima con menos cacharrería y más dolor humano. Es una película con herencia espiritual donde la nave parece un monasterio flotante y la música sacra nos azota el alma.

Veremos

  • El tiempo como materia con planos largos que nunca aburren.
  • El espacio doméstico de nuestro hogar en el espacio exterior: Bibliotecas, fotografías, mesa. Nuestra intimidad se convierte en una nave.
  • La ética del recuerdo ¿cura o reprogramación?

Debatiremos

  1. Si la memoria tiene peso, ¿a quién aplasta?
  2. ¿Qué puede significar amar a un doble de nuestra culpa?
  3. ¿Es Solaris un dios, un espejo o una criatura sin intención?

Ficha

https://www.filmaffinity.com/es/filmimages.php?movie_id=780690

Trailer

Silent Running (Douglas Trumbull, 1972, 89 min). Naturaleza, ética y desobediencia

Salvar un bosque en el vacío estelar: botánica, robots y desobediencia

Acerca de Silent Running

La segunda entrega de nuestro ciclo de este mes 70s Philosophical Sci-Fi nos trae Silent Running (Naves Misteriosas). En Silent Running un jardinero espacial solitario custodia las últimas cúpulas-invernadero de la Tierra a bordo del Valley Forge. Cuando ordenan destruirlas, el deber se rompe y nace la desobediencia: tres drones (Huey, Dewey y Louie) como compañeros, un bosque flotando en mitad de la nada y una decisión que pesa aún más que la gravedad. Trumbull filma una elegía: ciencia ficción íntima donde la utopía cabe en una pequeña maceta… y el precio se paga en silencio.

Los temas de los que hablaremos en este debate serán sobre las obligaciones éticas y morales frente, la desobediencia como arma para acabar con la falta de conciencia de las corporaciones, el cuidado de la tierra y el medio ambiente, del futuro que deseamos, de la esperanza.

Sinopsis

En el siglo XXI, la Tierra ha perdido su vegetación. Los últimos bosques sobreviven en tres naves invernadero que orbitan Saturno. Freeman Lowell, botánico a bordo de la Valley Forge, los cuida con la idea de replantarlos algún día en el planeta.

De pronto llega la orden: destruir las cúpulas y regresar. Lowell se niega. Toma el control de la nave, elimina a sus compañeros y huye más allá de los anillos. Con la ayuda de dos drones, Huey y Dewey, reprogramados para hacer de jardineros, intenta mantener con vida el último jardín y protegerlo de quien quiera borrarlo.

La música de Silent Running

La banda sonora de Silent Running fue compuesta por Peter Schickele, un músico con formación clásica que optó por un tono íntimo y melancólico, que queda muy lejos de otras bandas sonoras de películas de ciencia ficción de la época. La música acompaña el ritmo cotidiano del protagonista: regar las plantas, revisar sistemas, mirar el vacío. Las cuerdas y maderas crean una atmósfera tranquila, casi doméstica, que refuerza la idea de un espacio exterior convertido en refugio.

A esa base se suman dos canciones interpretadas por Joan Baez, escritas junto a Diane Lampert: “Rejoice in the Sun” y “Silent Running”. Ambas funcionan como la voz emocional de la película. La primera es un canto esperanzado a la vida y al vínculo con la naturaleza; la segunda, una balada triste sobre la pérdida y la soledad.

El contraste entre las imágenes frías del espacio y la calidez folk de Joan Baez da a la película una identidad única. Su voz introduce un tono humano y nostálgico que convierte esta historia ecológica en algo más que una fábula futurista. Silent Running es una reflexión sobre lo que se pierde cuando la Tierra deja de ser hogar.

Veremos

En Silent Running veremos el cuidado de invernadero como una liturgia, la ternura de los robots, el sacrificio del protagonista por conserva la naturaleza en la Tierra.

Debatiremos

Hablaremos de la desobediencia como única salida ética para salvar la naturaleza frente a la voracidad sin límites de las empresas y del sistema en general.

Nos preguntaremos si una máquina puede custodiar mejor la vida que nosotros

Preguntas

Si para salvar el bosque haz de traicionar a tus iguales, ¿qué es “hacer lo correcto”?

¿En qué momento la convicción de Lowell cruza hacia la violencia, y cómo nos hace sentir esa frontera?

¿Por qué los robots nos conmueven? ¿Qué aprendemos de su “aprendizaje” de cuidado?

¿Es Silent Running una distopía o una parábola esperanzada?

¿Qué nos dice hoy, en plena crisis climática, ese jardín a la deriva?

Ficha

https://www.filmaffinity.com/es/film826016.html

Trailer

El director Douglas Trumbull

Douglas Trumbull fue uno de los grandes artesanos visuales del cine moderno. Antes de dirigir Silent Running (1972), ya había dejado su impronta como responsable de los efectos especiales de 2001: Una odisea del espacio. Aunaba obsesión tanto por la verosimilitud científica como por la poesía de la imagen tratando a la tecnología como una herramienta para pensar y no solo para impresionar. Trumbull venía del mundo de la ingeniería y la animación, y eso se nota en su forma de construir los mundos: meticulosa, artesanal y con una sensibilidad casi humanista hacia la máquina.

Silent Running es su primera película como director.Filmó la historia de un hombre que decide proteger la vida en medio del vacío, y lo hizo con recursos modestos pero una enorme fe en lo que hacía. Más tarde volvería a revolucionar el cine con los efectos de Close Encounters of the Third Kind y Blade Runner, demostrando que su mirada unía técnica y emoción. Su carrera es breve en títulos, pero decisiva: enseñó que el futuro podía filmarse con las manos y con melancolía.

Recepción de la crítica

Cuando se estrenó en 1972, Silent Running no tuvo un gran éxito comercial, pero sí despertó una atención inmediata entre la crítica. Muchos la vieron como una rareza: una película de ciencia ficción sin héroes ni batallas, centrada en la ética y la soledad. Algunos medios estadounidenses elogiaron la interpretación de Bruce Dern, intensa y frágil a la vez, y destacaron la sensibilidad visual de Douglas Trumbull, capaz de convertir maquetas y efectos ópticos en un espacio creíble y emotivo.

Silent Running no tuvo un recorrido festivalero amplio en su estreno. Llegó a los cines en 1972 bajo el sello de Universal Pictures, y su lanzamiento fue más bien discreto, pensado para el circuito comercial de ciencia ficción posterior a 2001: Una odisea del espacio. No pasó por Cannes ni Berlín —el género aún no gozaba de ese tipo de reconocimiento—, aunque con los años ha sido recuperada en retrospectivas y ciclos dedicados al cine ecológico y a los pioneros de los efectos especiales, especialmente en festivales como Sitges o en muestras de ciencia ficción clásica.

En cuanto a su recepción actual, las valoraciones son sólidas. En Rotten Tomatoes, la película mantiene una puntuación cercana al 70% de aprobación por parte de la crítica y más del 75% entre el público, lo que refleja su condición de título de culto más que de éxito masivo. En IMDb, su nota ronda el 6,6/10, mientras que en FilmAffinity obtiene una media de 6,4, con reseñas que destacan su sensibilidad ecológica y el tono melancólico de su narrativa. En conjunto, se la considera una pieza menor en cuanto a éxito pero de  influencia que, sin pretenderlo, abrió una rama poética dentro de la ciencia ficción.

También recibió críticas negativas por su tono moralista y su ritmo pausado. A parte del público le resultó demasiado contemplativa, más cerca de una parábola que de una aventura. Con el paso del tiempo, esa mezcla de lirismo y activismo la convirtió en una obra de culto. Hoy se la reconoce como una de las primeras películas ecológicas del cine moderno y un antecedente directo de la ciencia ficción introspectiva (como Solaris) que llegaría años después, de Moon a Wall·E.

Phase IV (Soul Bass, 1974, 93 min). La inteligencia colectica

Ellas nos miran. El planeta cambia de dueño en silencio.

Acerca de Phase IV

La siguiente entrega de nuestro ciclo ’70s Philosophical Sci-Fi nos trae Phase IV, el único largometraje dirigido por Saul Bass: ciencia ficción entomológica. En el desierto, dos científicos tratan de comprender a unas hormigas que han “despertado”. No hay invasión ruidosa: hay patrones, geometrías, señales. Laboratorios mínimos, planos macro y una paz inhumana que avanza sin estridencias.

En el debate hablaremos de antropocentrismo y humildad científica (¿sabemos mirar lo no humano?), de la comunicación interespecífica y el problema de traducir patrones, de mente-colmena y diseño frente al individuo, de orden y control (¿quién ordena a quién?), de ecología sin sentimentalismo —el planeta como sistema que se reconfigura— y del dilema final: ¿cómo coexistir cuando ya no somos el centro?

Sinopsis

Planteada casi como un documental, la película sigue a dos científicos que estudian un cambio anómalo en las hormigas del desierto: se coordinan con una inteligencia nueva. El experimento se convierte en prueba de una hipótesis inquietante: si las hormigas alcanzaran nuestra capacidad intelectual, el mundo sería suyo. Es el único largometraje dirigido por Saul Bass, célebre creador de títulos de crédito, aquí al mando de una ciencia ficción sobria y observacional.

La música de Phase IV

La música de Phase IV fue compuesta por Brian Gascoigne. Está construida principalmente con sintetizadores analógicos, efectos electrónicos y coros tratados con eco. Su función no es acompañar las escenas de forma emocional, sino crear una atmósfera de extrañeza y tensión constante.

Gascoigne utiliza sonidos muy controlados y repetitivos que evocan el comportamiento de las hormigas y el entorno desértico donde se desarrolla la película. No hay melodías reconocibles ni ritmo marcado, sino capas de frecuencias que cambian lentamente y generan sensación de observación y amenaza.

El resultado es una banda sonora experimental que refuerza la idea central del film: la presencia de una inteligencia no humana y el intento de comunicación con ella. Actualmente puede escucharse completa gracias a varias reediciones en vinilo y formato digital.

Brian Gascoigne

Brian Gascoigne (Shropshire, Reino Unido, 1943) es un compositor, teclista y arreglista británico. Su nombre aparece asociado a varias producciones de cine y televisión entre los años setenta y ochenta, siempre en proyectos donde la música electrónica tenía un papel central.

Fue el autor principal de la banda sonora de Phase IV (1974), en la que trabajó junto a Desmond Briscoe y David Vorhaus en la creación de texturas sonoras electrónicas. También participó en otros títulos como The Emerald Forest (1985), compuesta junto a Junior Homrich, y colaboró en la parte electrónica de The Dark Crystal (1982) y Labyrinth (1986).

Su estilo combina orquestación tradicional con sintetizadores analógicos y técnicas de manipulación de sonido que, en su época, eran aún experimentales. Aunque su nombre no es ampliamente conocido, su trabajo ayudó a integrar la música electrónica en la narrativa cinematográfica, más allá del uso meramente ambiental o decorativo.

La fotografía de Phase IV

La fotografía de Phase IV estuvo a cargo de Dick Bush, con las secuencias de insectos filmadas por Ken Middleham, especialista en macrofotografía. El resultado es una imagen que alterna lo científico y lo hipnótico: planos cerrados que convierten a las hormigas en criaturas gigantescas y panorámicas del desierto resaltando su geometría casi abstracta.

La cámara se usa de manera analítica y documental, como si registrara un experimento. Esa distancia visual transmite la idea de que la naturaleza observa y actúa. La iluminación seca, los tonos terrosos y las composiciones geométricas crean un espacio de tensión constante.

El debate de Phase IV. Los temas fundamentales

La película muestra el choque entre la inteligencia humana y una nueva mente colectiva surgida en la naturaleza. A través de la evolución de las hormigas, se cuestiona la idea de dominio humano y el poder real de la ciencia frente a lo desconocido.

En Phase IV hablaremos sobre:
Evolución y cambio: una especie pequeña rompe el orden natural y altera la jerarquía de la vida.
Comunicación: los humanos intentan entender, pero el lenguaje no alcanza para descifrar una lógica ajena.
Control y adaptación: la ciencia busca imponer su método, pero termina transformada por el fenómeno que estudia.
Naturaleza como sujeto: la naturaleza actúa con propósito y estrategia, desplazando al ser humano del centro.

Preguntas para el debate

  1. ¿Qué límites muestra la película en la manera científica de entender el mundo?
  2. ¿Qué tipo de inteligencia representan las hormigas?
  3. ¿Es una historia sobre amenaza o sobre evolución?
  4. ¿De qué modo Phase IV critica la visión humana de superioridad sobre la naturaleza?
  5. ¿Qué significado puede tener la transformación final de los protagonistas?

Ficha

https://www.filmaffinity.com/es/film893723.html

Trailer

El director Soul Bass

Saul Bass (1920–1996) fue un diseñador gráfico y director de cine estadounidense. Es uno de los grandes innovadores del lenguaje visual del siglo XX.

Se hizo famoso por sus títulos de crédito para películas como Vértigo, Psicosis o Anatomía de un asesinato, donde transformó una rutina del cine en una forma de arte. Sus diseños minimalistas, basados en formas geométricas y ritmo visual, influyeron en generaciones enteras de cineastas y publicistas.

Como director solo realizó un largo: Phase IV (1974). En él llevó su estilo gráfico al terreno narrativo, combinando imágenes científicas, composición geométrica y una mirada casi documental sobre la naturaleza. La película no tuvo éxito comercial, pero con el tiempo se convirtió en una obra de culto por su estética única y su reflexión sobre la inteligencia no humana.

Bass también trabajó en identidad corporativa —creó logotipos para AT&T, United Airlines o Minolta— y dejó una huella duradera en la forma en que el cine y la publicidad piensan la imagen.

The man who fell to earth (Nicolas Roeg, 1976, 139 min). La condición humana.

Llegó para amar. Se quedó para perderse.

Acerca de

La última entrega de nuestro ciclo ’70s Philosophical Sci-Fi nos trae The Man Who Fell to Earth, de Nicolas Roeg que se tradujo como “El hombre que cayó a la Tierra”. Ciencia ficción existencial con rostro de David Bowie. Un ser venido de otro planeta llega a la Tierra en busca de agua para salvar a los suyos. Con su inteligencia superior construye un imperio tecnológico, pero la codicia humana y el peso del deseo lo arrastran hacia la ruina.
Roeg narra la caída de un visitante del espacio que llega con un propósito y acaba derrotado por el mundo que intenta entender. Su mirada limpia se corrompe al contacto con la ambición y la soledad humanas.

En el debate hablaremos de identidad y desarraigo, del capitalismo como enfermedad contagiosa, del cuerpo como prisión del alma, de la mirada extraterrestre sobre la Tierra, y de cómo la modernidad devora incluso a sus propios dioses tecnológicos.

Sinopsis

Un ser llegado de otro planeta aterriza en la Tierra con una misión: encontrar agua para salvar a los suyos. Bajo una identidad humana, crea una poderosa empresa tecnológica para financiar su regreso, pero el contacto con la sociedad moderna lo transforma. El dinero, el sexo, el poder y la ambición lo alejan de su propósito inicial. Aislado y vulnerable, acaba convertido en una sombra de lo que fue, víctima del mismo sistema que intentó entender.

El debate. Los temas de The man who fell to earth

La película aborda varios temas que se entrecruzan:

  • La alienación: tanto del ser que llega como de los humanos que lo rodean; todos están desconectados, incapaces de vincularse de verdad.
  • El capitalismo y la corrupción del ideal: el poder económico sustituye la misión inicial del protagonista, mostrando cómo toda utopía se degrada al contacto con el dinero.
  • La identidad y la pérdida del yo: el extraterrestre adopta una forma humana y termina confundido con aquello que imita.
  • La soledad y el deseo: el amor y el sexo aparecen como intentos fallidos de conexión, marcados por la culpa y la distancia.
  • La vigilancia y el control: la mirada del Estado y la empresa convierten su vida en experimento y espectáculo.
  • La condición humana: el film se pregunta si el progreso tecnológico implica sabiduría o solo acelera nuestra descomposición moral.

Las preguntas para el debate

¿Qué representa realmente el extraterrestre: un salvador frustrado o un espejo de nuestra propia decadencia?
¿En qué momento deja de ser “otro” y pasa a ser uno de nosotros?
¿La tecnología que crea es un intento de redención o una nueva forma de colonización?
¿Por qué la soledad se vuelve el destino común de todos los personajes?
¿El capitalismo aparece aquí como fuerza destructiva o simplemente como parte inevitable de la condición humana?
¿Qué papel juega el deseo en su caída: lo humaniza o lo destruye?¿Podemos ver su historia como una metáfora del artista devorado por el sistema?
¿Qué dice la película sobre la idea de progreso y sobre nuestra fe en la ciencia como salvación?
¿Qué significado tiene la vigilancia constante que sufre: paranoia o advertencia?
¿Sigue siendo posible “venir de fuera” y no quedar atrapado por la lógica de este mundo?

La película. Crítica e historia


Estrenada en 1976, The Man Who Fell to Earth dividió a crítica y público. Muchos espectadores no entendieron su estructura fragmentada ni su ritmo hipnótico, alejados del cine de ciencia ficción convencional. Con el tiempo, la película fue revalorizada como una de las más personales y enigmáticas de Nicolas Roeg. Su estilo visual —montaje quebrado, saltos temporales, simbolismo erótico y tecnológico— influyó en generaciones posteriores de cineastas.
La interpretación de David Bowie, en plena cúspide de su etapa más andrógina y experimental, convirtió al film en un icono cultural. Su personaje encarna la figura del extranjero que observa la Tierra con asombro y termina absorbido por su corrupción. Hoy es considerada una obra de culto por su audacia narrativa, su crítica a la deshumanización moderna y su capacidad para anticipar temas como la soledad tecnológica y la identidad líquida.

Ficha

https://www.filmaffinity.com/es/film429366.html

Trailer

Nicolas Roeg (1928–2018)

Nicolas Roeg fue un director y director de fotografía británico con una fuerte marca visual. Trabajó en producciones como Lawrence de Arabia y Fahrenheit 451 antes de pasar a la dirección. Debutó con Performance (1970), seguida de Walkabout (1971), Don’t Look Now (1973) y The Man Who Fell to Earth (1976).

Su cine se caracteriza por el montaje no lineal, el uso del tiempo como elemento narrativo y la exploración de temas como el deseo, la identidad y la percepción. En The Man Who Fell to Earth aplicó su estilo fragmentado a la ciencia ficción, mostrando la incomunicación y el aislamiento del individuo moderno.

Roeg influyó en muchos realizadores posteriores, entre ellos Danny Boyle, Christopher Nolan y Steven Soderbergh. Su obra ocupa un lugar destacado en el cine británico de los años setenta por su riesgo formal y su mirada psicológica sobre la realidad.

David Bowie en el cine

David Bowie llevó al cine la misma energía mutante que marcó su carrera musical. Su físico andrógino y su presencia enigmática le permitieron encarnar personajes que desafiaban las fronteras entre lo humano y lo extraño. Debutó en The Man Who Fell to Earth (1976), donde su interpretación del alienígena Thomas Jerome Newton coincidió con su etapa de Ziggy Stardust, y fue leída como una extensión de su propio mito.

A lo largo de los años participó en películas de estilos muy distintos: Just a Gigolo (1978), Merry Christmas, Mr. Lawrence (1983), The Hunger (1983), Labyrinth (1986) o The Last Temptation of Christ (1988). En todas aportó una mezcla de vulnerabilidad y distancia que hacía creíbles sus personajes marginales o visionarios.

Bowie entendía el cine como otra forma de creación de identidades. No buscaba realismo, sino presencia. Su paso por la pantalla dejó una huella visual y simbólica que lo mantuvo como figura de referencia para directores, músicos y artistas de distintas generaciones.

Punto de encuentro y planning de la velada

El punto de encuentro será en Big Tree Books (C/ Dos Hermanas, 17) el próximo martes a las 19:30h.

Las veladas se dividirán en tres partes. La primera media hora la dedicaremos a tomar algo, a presentar la película y a conocernos. Después a las 20:00h tendremos la proyección. Todas las proyecciones se realizan en VOSE. Para finalizar tendremos un coloquio que durará hasta las 23:00h.

¿Cómo será el coloquio?

Los encuentros son participativos y queremos conocer vuestra opinión para que se pueda generar un debate abierto y constructivo. No es necesario conocimiento de cine para participar y es más, huimos del conversador pedante ya que para ellos tenemos a la wikipedia. ¡Queremos que cada martes seamos capaces de generar algo fantástico y diferente!. ¡Queremos saber lo que sientes y que seas capaz de contarlo!

A partir del tema de discusión y de lo visto en la película, las historias personales son bienvenidas y además, son una buena forma de dar a conocer lo que pensamos y lo que sentimos. ¡Nuestro deseo es que participes y seas activo!

Cine y el debate siempre van de la mano, y por eso queremos que te hagas fan de nuestro conejo blanco con un solo ojo.

¿Cuánto cuesta la sesión? Reservas

El coste de inscripción a la sesión de debate y coloquio es gratuita para los socios de Happening Madrid y para el resto aquello con lo que deseéis y podáis participar con

– Una aportación de 3€ ó

– Una aportación de 5€

El pago lo podéis hacer por bizum al 654.80.54.37 o allí mismo al finalizar el cine debate.

y además debés de reservar por whatsapp en cualquiera de estos números.

Ángel (https://wa.me/+34640743115)

María (https://wa.me/+3463063998)

Las plazas son muy limitadas