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Otro día más y otra fake más: The Reader.

Una vez más me he levantado con un odioso video apocalíptico que me han enviado con la cantinela “el gobierno son unos asesinos”. Es repugnantemente increíble. Como estamos en un estado de derecho y somos ciudadanos libres en un país donde hay libertad de expresión el imbécil que ha grabado ese video puede difundirlo por la red engañando a un montón de personas incautas. ¿Hasta cuando hay que soportar esto?

El hecho de ser ciudadanos libres en un país democrático también nos hace responsables. No somos espectadores pasivos de lo que hacen otros, ¡No y mil veces no! Somos actores activos del futuro de nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país y nuestra cultura. Tenemos que ser consecuentes de nuestros actos y de nuestras acusaciones. Tenemos que ser responsables con las capacidades que nos confiere la tecnología.

Me viene al recuerdo una película que protagoniza espléndidamente la maravillosa Kate Winslet: The Reader.

The reader es un película del año 2008 dirigida por Stephen Daldry . Está interpretada además de por Kate Wislet   por  David Kross. Con total merecimiento Kate Wislet consiguió el oscar a mejor actriz por esta película.

Solo os haré una breve sinopsis que no os destripará la película:

En el Berlín de la postguerra un chaval de 15 años, Michael Berg (David Kross), pierde el conocimiento mientras regresa del colegio en el portal de Hanna Schmitz (Kate Winslet). Hanna, que le dobla la edad, lo ayuda. Entre los dos surge un apasionado romance prohibido. Años más tarde cuando Michael está estudiando derecho la situación vivida por él durante su adolescencia toma un inesperado y sorprendente giro.

Son muchos los temas de debate que nos abre esta magnífica obra. En The Reader se nos habla de amor, perdón, conocimiento y responsabilidad. ¿Eres responsable de los actos que cometes cuando lo haces en tu trabajo a las órdenes de otros? ¿Se pueden justificar los actos que se cometen, por muy execrables que estos sean, si no se conoce lo que se está haciendo? ¿El desconocimiento exime de responsabilidad? ¿Se puede amar a alguien que haya cometido actos deleznables? ¿Se puede perdonar solo con el amor? ¿Es el conocimiento fuente de sufrimiento?

Esta película abre muchos debates, antes de seguir, os dejo la su ficha técnica y os recomiendo que la veáis.

https://www.filmaffinity.com/es/film331584.html

Pues no, no estamos en la Alemania nazi de 1945 sino que estamos en Madrid, España, en la Europa Comunitaria del año 2020. Los hospitales no son campos de concentración y los que allí trabajan no cumplen ordenes militares. La cadena de abastecimiento se rige por las normas dictadas por nuestra comunidad y nuestras leyes. Hay que tomar decisiones que pueden afectar a otros, incluso a su vida, y hay, pero solo por un corto periodo de tiempo, falta de medios.

¿Dónde están los asesinos? Pues algo podemos tener seguro: Se encuentran en los corazones de los que difunden semejantes fakes y videos de odio.

The Reader

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Que sepas, COVID-19, que yo nací en el Mediterráneo

El dichoso virus que nos atormenta, este maldito COVID-19, nos ha confinado a todo el planeta en cuarentena. Todos los gobiernos del mundo ponen sus medidas y su manera de combatirlo. Nuestro enemigo ataca de manera muy desconsiderada a nuestra línea de flotación: Cambia nuestra forma de vida, paraliza nuestra economía y enmudece la cultura.

Este problema global que afecta a la vida cotidiana de gran parte de la humanidad pone de manifiesto las grandes diferencias culturales a la hora de defender su estilo de vida que tienen los distintos pueblos.

De manera local, en nuestros análisis, que muchas veces son muy cortos porque lo árboles nos impiden ver el bosque, nos empecinamos en buscar diferencias en la gestión de esta crisis desde las distintas ideologías políticas. Sin embargo, esto no tiene mucho sentido cuando se trata de defender nuestro estilo de vida, mediterráneo y muy de las Españas. En la vieja Europa, contando en este caso con nuestros recién salidos exsocios los ingleses, existen tres maneras muy distintas de enfocar la vida: La mediterránea, la germana y la anglosajona. Son tres maneras distintas de funcionar frente a una pandemia.

En el mundo anglosajón, la preponderancia de lo económico sobre casi todos los restantes aspectos de la vida nos supera a nuestras mentes mediterránea. Así la manera de entender la pandemia para los ingleses hablando de la inmunidad del rebaño aquí nos suena a venusiano. El que un tipo de Texas diga que hay que sacrificar a los mayores por el bien de la economía nacional aduciendo que ya han vivido bastante nos suena a plutoniano.

Que Holanda, Bélgica y Alemania se alineen no queriendo ser solidarios con Españoles e Italianos no nos debería de extrañar. Allí prepondera lo útil para vivir y el pueblo como suma de individualidades.

En nuestro mundo Mediterráneo somos nuestra vida social y nuestros pueblos son la suma de nuestras familias. En España y en Italia nuestros jóvenes viven con sus padres y sus abuelos, sin embargo, en Alemania esto no es así.

Los Mediterráneos somos un grano en el culo para nuestros amigos del norte de Europa con nuestras casas llenas de sol y ruidosas familias siempre toqueteándose.

Cuando tenga tiempo ahondaré más en esta reflexión. Sirva esto para que todos los de aquí y que tenemos familia con casas llenas de luz y de sol, mar, arena, familiares ruidosos y vecinos escandalosos nos demos cuenta que luchamos, seamos del color político  que seamos, por seguir adelante con nuestra vida y cultura. Que tenemos que convencer a otros, con vida y cultura diferentes, para que luchemos juntos para vencer al enemigo común.

Afortunadamente nada de esto tiene que ver con votar, de derecha a izquierda, a Vox, PP, Cds, PSOE o Podemos. Nada de esto tiene que ver con ser nacionalista catalán o Rastafari del Estrecho.

El enemigo es común y las diferencias en la manera de defendernos de este enemigo, son ante todo culturales y de estilo de vida.

Pues nada, aquí tenéis lo que nos une en forma de canción escrita por un catalán