Escenas musicales y silencios de un Madrid entre la crisis y la esperanza
- Estructura de Happening Photo 25
- Memoria social y emo-musical de Happening Photo 25
- Reinvención (13-15): Desde el 15M al renacer de las microescenas
- 01-000 Swingdigentes en las Fiestas del Carmen de Vallecas en 2015. 18 de julio de 2015.
- 01-001 Áida Bou: Empoderamiento y Alegría. Sala Clamores. 9 de enero de 2016.
- 01-002 Inoidel González. La Boca Club. Octubre de 2014.
- 01-003 El sabor de los arándano. Mónica Benito. Sala Barco. Septiembre de 2014.
- 01-004 El flamenco cercano de Pablo Rubén con Loreto de Diego. Amor de Dios Flamenco. 30 de octubre de 2014
- 01-005 Lycantho y Shirley en la Black Jam. El Junco. 16 de julio d 2015.
- 01-006 La Quimera del electro swing. 25 de octubre de 2014.
- 01-007 El mestizaje de Liberarte en Lavapiés. Andrés Kaba. Liberarte.
- 01-008 El último concierto de Jorge Pardo en el antiguo Café Berlín. 30 de diciembre de 2015.
- 01-009 Vamos a celebrar en mi casa la mezcla de todas las razas. Antiguo Café Berlín. 16 de diciembre de 2015.
- Ilusión (16-19). La expansión creativa y el giro político
- 02-000 Mayte Martin en loss Veranos de la Villa. Parque lineal del Manzanares. 1 de agosto de 2016
- 02-001 Flamenco itinerante en la Fe de San Lorenzo. Calle de la Fe. 7 de agosto de 2016.
- 02-002 Sandra Delaporte en la Jam de Cosmosoul. Sala Barco. 1 de mayo de 2016.
- 02-003 Cante y copla en El Calvario. 15 de septiembre de 2016.
- 02-004 Presentación de Lycantho en Clamores. 16 de septiembre de 2016.
- 02-005 Larbi y Hesham con Sinouj en el Bogui. 27 de julio de 2016.
- 02-006 Shirley Davies en la presentación de Black Rose. Sala Arena. 9 de abril de 2016.
- 02-007 Diego Guerrero Flamenco Jam en el nuevo Café Berlín. 23 de junio de 2016.
- 02-008 FunkWoman. Ella en la piel. El Junco. 8 de abril de 2016.
- Apagón (20-21): Pandemia, vacío y resistencia silenciosa
- 03-000 Chulapos bailando en Muñiz en La Paloma del año 2020
- 03 -001 La última semana de Casa Patas. 5 de marzo de 2020
- 03-002 El Mercado de San Fernando el 20 de julio de 2020 a las 20:00h
- 03-003 Shirley Davies en Liberarte el 31 de enero de 2021
- 03-004 Silvia Sónica pinchando en La Huelga em Lavapiés el 31 de Enero de 2021
- 03-005 Concierto de Afalkai el 8 de diciembre de 2021 en el Café Berlín. En la foto Blanca Paloma y Jerónimo Maya
- 03-006 Acid Jam en El Intruso el 9 de noviembre de 2021. Taki e Inoidel
- Mutación (22-25): Nuevos espacios, nuevas dinámicas
- 04-000 Joey Burns, guitarrista de Calexico. Sala Villanos. 6 de febrero de 2025.
- 04-001 Mayka Edjole. Ocelot Jam. El Intruso. Seis de noviembre de 2025.
- 04-002 Mag Dog Jam Sessions en El Perro Club . Seis de noviembre de 2025.
- 04-003 David Herrington. Jazz On Five. Teatro del Barrio. 10 de Octubre de 2025
- 04-004 Presentación del disco de Astrid Canales. Sala Villanos. 25 de septiembre de 2025
- 04-005 El guitarrista de The Flame 69 en la Wurli. 29 de marzo de 2025
- 04-006 El batería de The Flame 69 en la Wurli. 29 de marzo de 2025
- 04-007 Celia Mayo y Marcus Wilson .The Flip Floppers en Tempo.21 de marzo de 2025
- 04-008 Bay Papi Nazareth .Big Tree Books.13 de marzo de 2025
- 04-009 Paulina Desdier. La llama sessions. Sala Barco. 13 de marzo de 2025
- 04-0010 Ana Maes y Paolo Furio en la Acid Jam de El Intruso. 25 de Febrero de 2025
- 04-0011 Cynthia León Crespo el 18 de febrero en la Acid Jam
- 04-0012 Frank Santiuste. Ogun Afrobeat. Café Berlín.13 de Febrero de 2025.
- 04-0013 Ogun Afrobeat en el Café Berlín. 13 de Febrero de 2025. Akin baila con una espectadora.
- 04-0014 Mohamed (Gembri) y Chafif (Kora). Ogun Afrobeat. Café Berlín. 13 de Febrero de 2025
- 04-0015 Virginia Alves y Yael Levi en la The JoyFul Jam. Sala Barco. 5 de enero de 2025.
- 04-0016 Carolina Gemmell. Ocelot Jam. El Intruso. 22 de diciembre de 2024
- 04-0017 María García Carrero cantando en Big Tree Books. 19 de diciembre de 2024
- 04-0018 La flautista María García Carrero en Big Tree Books. 19 de diciembre de 2024.
- 04-0019 María Zerpa. Ocelot Jam .El Intruso. 19 de diciembre de 2024.
- 04-0020 Alejandra Lopez. Ocelot Jam. El Intruso. Diecinueve de diciembre de 2024.
- 04-0021 Ocelot Jam. El Intruso.3 de octubre de 2024
- 04-0022 Nadia en la Ocelot Jam del 26 de septiembre de 2024
- 04-0023 Paolo y Lucas en la Acid Jam. El Intruso. 24 de septiembre de 2024.
- 04-0024 Génesis y Virginia. Ocelot Jam . El Intruso. Jueves 29 de agosto de 2024
- 04-0025 Simbiat Ebhohon. Ocelot Jam, El Intruso. 29 de agosto de 2024
- 04-0026 Lucia Gregorio. Acid Jam. El Intruso. 2 de julio de 2024.
- 04-0027 Antonio Pax con Beat Bronco en El Intruso. 26 de junio de 2024.
- 04-0028 Pablo Sanpa con Beat Bronco en El Intruso. 26 de junio de 2024.
- 04-0029 La artista de burlesque Jarísima Cariño en El Hangar. Junio de 2024
- 04-0030 Simona en la Casa Encendida. 7 de julio de 2023
- 04-0031 Amparo Malo en El Hangar. Junio de 2024.
- 04-0032 Bailando tarantela en Espacio Ronda. Atarantada. Viernes 19 de julio de 2024.
- 04-0033 Sonia Franco en Flamenco en el Backstage el 9 de febrero de 2024
- Comunidad y creación: Doce años de Happening
- 05-000 Sandra Carrasco en Clamores el 24 de septiembre de 2016
- 05-001 El chelista Stéphane Genay en El Retiro. 24 de Mayo de 2024
- 05-002 Teatro en Liberarte con Self Services Makers. 18 de febrero de 2016.
- 05-003 Carlos Martini y Milliana bailando gafieira en Clamores. 24 de septiembre de 2016.
- 05-004 Montxika Baut en Madreams Music el 2 de noviembre de 2018
- 05-005 Danza con Leva-me Para Lua en el Umbral de Primavera. 3 de junio de 2015
- 05-006 Só danço samba en Madreams Music el 13 de noviembre de 2021
- 05-007 Concierto de Borogodó en Caraquiz el 24 de octubre de 2021
- Reinvención (13-15): Desde el 15M al renacer de las microescenas
- ¿Cómo visitar la exposición?
- Cómo asistir a la inauguración
- Exposiciones fotográficas anteriores de Happening Madrid sobre la vida musical en Madrid
- Resumen
- Pedidos y compras
Happening Photo 25 es una memoria visual musical de la ciudad construida a lo largo de doce años de cámara en mano de Ángel Chamorro: melómano, fotógrafo autodidacta y creador de Happening Madrid. Las imágenes nacen desde la proximidad y la intuición, buscando siempre la emoción irrepetible del instante. La energía del ahora se impone; la cámara solo acompaña. Las fotografías son fragmentos del hilo conductor de esta historia: la música y los garitos como vía para comprender el alma cultural de Madrid, una ciudad castiza, mestiza, abierta y profundamente singular.
Este recorrido visual transita por jam sessions, conciertos, músicos, públicos y espacios que han modelado la vida cultural madrileña durante más de una década. Un viaje que comienza en la resaca emocional del 15M y nos conduce hasta el Madrid postpandémico, transformado y renacido. Las imágenes funcionan como piezas de una narración común: cómo la música en vivo ha sido refugio, identidad y punto de encuentro en todos estos años.
En este archivo aparecen salas desaparecidas, proyectos alternativos, momentos improvisados y comunidades multiculturales que sostuvieron la creatividad incluso en los momentos más inciertos. También aparece la energía renovada de la escena actual, más consciente de su fragilidad y por ello más viva.
La exposición Happening Photo 25 reúne 68 fotografías seleccionadas de estos 12 años de música en Madrid. En sala se presentan en dos formatos de exposición –siete imágenes en 60×40 cm y sesenta y una en 40×30 cm–, pero el coleccionista puede adquirir cualquier obra en dos tamaños.
De cada fotografía se pone a la venta una tirada limitada, numerada y firmada en dos formatos:
– Edición 40×30 cm (equivalente a A3): 20 ejemplares por imagen.
– Edición 60×40 cm (equivalente a A2): 10 ejemplares por imagen.
Todas las copias se realizan en papel estucado de alta calidad de 250 gramos, se entregan firmadas por el autor, numeradas (por ejemplo, 3/20 o 7/10) y acompañadas de un certificado de autenticidad específico para cada obra. Se puede realizar el pedido de cada fotografía en este enlace
Estructura de Happening Photo 25
Dividida en cinco secciones —REINVENCIÓN 15M (2013–2015), ILUSIÓN (2015–2019), APAGÓN (2020–2021), MUTACIÓN (2022–2025) y HAPPENING: COMUNIDAD Y CREACIÓN (2013–2025)— la exposición podrá disfrutarse en Big Tree Books desde el 4 de diciembre de 2025 hasta el 11 de enero de 2026
Cada parte de la exposición se presenta con una fotografía principal en gran formato, acompañada por una selección de imágenes que amplían el relato visual de cada etapa. Junto a ellas, un archivo digital y una pantalla permiten acceder al material que contextualiza y completa la experiencia. Todo está pensado para que el visitante pueda recorrer las imágenes, el ambiente, el sonido y el espíritu de cada momento.
Memoria social y emo-musical de Happening Photo 25
A partir de las instantáneas mostradas en Happening Photo 25 construimos una memoria emocional de cómo Madrid ha reinventado su vida cultural entre crisis, esperanzas, apagones y renacimientos. Esa memoria se articula a través de la música en vivo y de los espacios cotidianos donde sucede, que permiten seguir el pulso íntimo de la ciudad más allá de los grandes relatos institucionales. Son precisamente esos bares, salas, mercados y plazas los que funcionan como hilo conductor de la narrativa, conectando momentos dispersos en el tiempo en una misma historia de resistencia y comunidad.
A lo largo de cinco bloques temáticos -Reinvención (13-15), Ilusión (16-19), Apagón (20-21), Mutación (22-25) y Creación y Comunidad-, el proyecto articula una lectura histórica y afectiva de la ciudad, donde las imágenes dialogan con procesos políticos, transformaciones urbanas y formas de comunidad que se han tejido en bares, salas, mercados, colectivos y casas ocupadas.
Reinvención (13-15): Desde el 15M al renacer de las microescenas
01-000 Swingdigentes en las Fiestas del Carmen de Vallecas en 2015. 18 de julio de 2015.
Post-15M, Madrid superó la crisis reinventando su cultura desde abajo. Microescenas de música en directo, swing y jam sessions en Lavapiés/Malasaña se convirtieron en respuesta vital y punto de encuentro (Tabacalera, Patio Maravillas). El swing, como en el 29, fue vía de escape. La portada de esta sección es una imagen del concierto de Swingdigentes en las Fiestas de Vallecas 2015, símbolo de la cultura en la calle, comunidad y resistencia estrenada era Carmena.
En los años posteriores al 15M, Madrid vive una larga resaca económica y emocional que, lejos de apagarla, la empuja a reinventar su tejido cultural desde abajo. La música en directo, especialmente en barrios como Lavapiés y Malasaña, reaparece como refugio, laboratorio y punto de encuentro: jams en locales minúsculos, colectivos autogestionados, fiestas en casas ocupadas y proyectos surgidos de la precariedad configuran una red de “microescenas” resistentes.
En este contexto, el baile, el swing y las jam sessions se convierten en respuestas vitales a la crisis, del mismo modo que el swing emergió como vía de escape en la Gran Depresión del 29. Espacios como Tabacalera, el Patio Maravillas, La Morada o pequeños bares de Lavapiés y alrededores funcionan como centros de gravedad cultural, donde conviven músicas mestizas, públicos diversos y nuevas formas de ciudadanía que desbordan el marco estrictamente institucional.
La imagen seleccionada como portada para esta primera sección expositiva es la del concierto al aire libre ofrecido por Swingdigentes a las 20:00h del 18 de julio de 2015 en el Parque de la calle Payaso Fofó, conocido como el “Paseo Marítimo de Vallekas”. Este concierto se celebró dentro del programa oficial de las Fiestas del Carmen 2015 del distrito de Puente de Vallecas.
Swingdigentes fue uno de los colectivos más representativos de la escena callejera madrileña surgida tras el 15M. Su mezcla de música, danza y acrobacia convirtió plazas y barrios en escenarios abiertos donde el público aparte de espectador era parte del impulso creativo.
Esta imagen, tomada durante las Fiestas de Vallecas de 2015, muestra esa energía compartida: un anfiteatro espontáneo, la cercanía física, el ritmo que atraviesa al grupo y al vecindario. Madrid celebrándose a sí misma desde abajo, en el barrio del Puente de Vallecas, en un tiempo en que la cultura volvía a ocupar la calle como forma de comunidad, resistencia y alegría colectiva. Manuela Carmena había llegado a la alcaldía apenas unas semanas antes con toda la ilusión que se había depositado en el cambio.
Al situar la cámara en el propio escenario, la fotografía enfatiza la inversión de jerarquías que marcó aquellos años: la centralidad ya no recae en el artista, sino en la colectividad que lo rodea. La multitud dispuesta en terrazas improvisa un anfiteatro natural donde cada cuerpo contribuye al mismo latido común. La luz directa, sin artificios, subraya el carácter cotidiano de la escena y la condición abierta del espacio público, que aquí se revela a la vez como escenario y como ágora.
El performer en primer término —ligeramente desenfocado— actúa como umbral narrativo: no reclama protagonismo, sino que abre el encuadre hacia la comunidad, recordando que la verdadera fuerza de aquellos años residía en la dimensión horizontal de la cultura. La imagen cristaliza así una forma de vivir la ciudad que emergió tras el 15M: la calle como lugar de expresión colectiva, de experimentación y de celebración compartida. Un Madrid que se reconstruye desde sus propios barrios, a través de sus cuerpos y de sus músicas, y que encuentra en esa ocupación festiva una manera de afirmarse y de imaginar futuros posibles.









01-001 Áida Bou: Empoderamiento y Alegría. Sala Clamores. 9 de enero de 2016.
En la imagen, Áida Bou —entonces voz al frente de The Clams— se arrodilla sobre el escenario de Clamores en pleno clímax de la noche, el 9 de enero de 2016, en un concierto con el aforo completo y la energía desbordada. Su gesto, mitad desafío y mitad celebración, condensa la entrega de aquella actuación y el carácter festivo y combativo de la banda. Al fondo, la baterista Maylin Johoy sostiene el pulso del tema y del momento, recordándonos. Esta escena es más que un retrato individual, es la huella de una comunidad de mujeres que hicieron, y siguen haciendo, del soul y el rhythm & blues un lugar propio en la noche madrileña.
01-002 Inoidel González. La Boca Club. Octubre de 2014.
Momento del saxofonista cubano afincado en Madrid Inoidel González durante la Roots & Grooves Jam de La Boca Club, en la calle Echegaray, en octubre de 2014. Inoidel, formado en la Escuela Nacional de Arte de La Habana y con una larga trayectoria en la escena del jazz cubano y español, se convirtió en uno de los habituales de las jams madrileñas aportando un sonido robusto y muy personal al saxo tenor. La Boca Club, que durante años programó conciertos diarios y jam sessions en su sótano –incluyendo noches de funk, jazz y músicas negras– cerró sus puertas poco después, poniendo fin a una etapa intensa y muy querida para los aficionados. Esta fotografía captura ese ambiente cercano y subterráneo del club, con el músico descansando sentado sobre el escenario y aún abrazado a su instrumento, como símbolo de toda una generación de noches de música en directo en el centro de Madrid.
Hasta el momento de la foto, en 2014, la discografía más destacada de Inoidel González se concentraba en su trabajo como músico de sesión, destacamos entre sus colaboraciones, el álbum póstumo de Celia Cruz “Regalo del alma”, donde participa como saxofonista dentro de la sección de metales, en “Tinta roja” de Andrés Calamaro (2004), en el que aparece acreditado al saxo junto a músicos de la escena latina madrileña, y en diversas producciones de música popular bailable y salsa vinculadas a orquestas como la de Alexander Abreu, en las que figura como parte de las secciones de vientos a finales de los noventa y primeros dos mil.
En Madrid ha liderado el Inoidel González Quartet/Quintet con abundantes actuaciones en las salas de Madrid. Inoidel González ha consolidado su proyecto de cuarteto y quinteto especialmente en el Café Central, donde ha aparecido programado de forma recurrente y distintas formaciones compartiendo escenario con músicos como Michael Olivera, Francisco “Loque” López, Juan Sebastián Vázquez, Rubén Carlés, Luis Guerra, Dani García, Álvaro del Valle, Pier Bruera y otros habituales de la escena madrileña. Además de sus noches en el Central, su grupo se anuncia en ciclos como “Jazz con sabor a club” en salas como El Despertar y otros clubes de jazz de Madrid, donde actúa bajo el nombre Inoidel González Quintet con diferentes secciones rítmicas según el proyecto.
Inoidel González se formó como saxofonista tenor en la prestigiosa Escuela Nacional de Arte (ENA) de La Habana, donde se graduó en 1996 y destacó muy pronto como una de las jóvenes promesas del jazz cubano, hasta el punto de ser invitado a festivales de jazz del país junto a figuras como Roberto Fonseca y bajo el paraguas de maestros como Chucho Valdés. Su base académica es la música clásica, pero desde esos años de estudio fue orientando su carrera hacia el jazz y las músicas afrocaribeñas, lo que explica el equilibrio entre técnica sólida y libertad improvisadora que hoy caracteriza su sonido en proyectos como su Quartet y su Quintet.
01-003 El sabor de los arándano. Mónica Benito. Sala Barco. Septiembre de 2014.
Septiembre de 2014. En la fotografía “El sabor de los arándanos” vemos a la cantanteMónica Benito, líder de Lady and the Tramps y promotora de las Blueberry Jam Nights, captada en plena explosión de energía sobre el escenario de la Sala BarCo en septiembre de 2014. Con una amplia sonrisa, el brazo derecho alzado y una camiseta blanca con el logo “I ♥ NY”, transmite la euforia compartida de la jam session, mientras a su lado se intuye al bajista Sergio Fernández y, en primer plano, el micrófono preparado para el siguiente estallido de soul, blues y rock’n’roll.
La Blueberry Night/Blueberry Jam fue una jam de soul, blues y rock’n’roll impulsada por Mónica Benito con banda base (Alberto Palacios – guitarra, Sergio Fernández – contrabajo, Joserra Zamora – saxo, Alex Riquelme – batería) en la Sala BarCo, en la zona de Tribunal/Triball. Se celebró en el verano de 2014 los miércoles de junio y julio con entrada gratuita. Se revisaba un repertorio muy diverso, Fats Domino, Amy Winehouse, The Coasters, Little Richard y temas más recientes como “Are You Gonna Be My Girl” de Jet, que es precisamente la canción asociada a la foto “El sabor de los arándanos”.
01-004 El flamenco cercano de Pablo Rubén con Loreto de Diego. Amor de Dios Flamenco. 30 de octubre de 2014
30 de octubre de 2014. En la imagen se ve un momento íntimo de “Flamenco en el BackStage” en una de las salas de “Amor de Dios Flamenco”: Pablo Rubén Maldonado al piano, concentrado y en penumbra, y Loreto de Diego observándolo de pie, muy cerca, con el público arropando la escena desde el fondo. La luz cae sobre el teclado y sobre los rostros, convirtiendo el reflejo de Maldonado en la tapa del Kawai en un segundo personaje, casi un eco visual del propio toque. La atmósfera es de proximidad, silencio atento y la sensación de estar asistiendo a algo que normalmente sucede a puerta cerrada.
“Flamenco en el BackStage” es un proyecto creado por el pianista flamenco Pablo Rubén Maldonado en 2013, concebido como un formato íntimo donde el público se sienta muy cerca de los artistas, en círculo, sin apenas amplificación, como si estuviera literalmente en el camerino previo a la función o en el salón de la casas del artista. El espectáculo se ha desarrollado de forma continuada en la escuela Amor de Dios de Madrid y en otros espacios, con distintas combinaciones de artistas invitados al cante y al baile; entre ellos, figuras como Loreto de Diego, Rafael Jiménez “El Falo”, Miguel Téllez, Israel Fernández, Chelo Pantoja, Nieves Hidalgo, Sonia Franco, El Piculabe o Francisco Hidalgo.
La esencia del espectáculo es mostrar el flamenco “desde dentro”: se explora la improvisación al piano flamenco de Maldonado en diálogo muy cercano con el cante y el baile, con una fuerte dimensión de laboratorio escénico y de experiencia compartida, más que de tablao convencional. De este proceso ha surgido incluso un desarrollo audiovisual propio, como el DVD “Corolarios del Backstage”, que recoge materiales gestados dentro del proyecto y subraya su vocación de investigación sobre la improvisación y la intimidad en el flamenco.
01-005 Lycantho y Shirley en la Black Jam. El Junco. 16 de julio d 2015.
16 de julio de 2015. Shirley Davies y Lycantho, dos de las voces más reconocibles de la escena soul y R&B madrileña de mediados de los 2010, comparten risas en la Black Jam de El Junco una noche de julio de 2015. La imagen condensa el espíritu de aquellas jams: un club pequeño, abarrotado, donde músicos y público se mezclan sin jerarquías y el after‑show es casi tan importante como lo que ocurre sobre el escenario. La mirada de Shirley hacia la izquierda, copa en mano, y el abrazo relajado de Lycantho hablan de pertenencia, la Black Jam funcionaba como punto de encuentro estable de una comunidad mestiza que redefinió el sonido nocturno del barrio de Alonso Martínez.
El Junco fue un club de música en directo situado en la plaza de Santa Bárbara, que abrió sus puertas en diciembre de 2004 y se consolidó como uno de los templos madrileños de las jams de jazz, funk, soul y músicas de raíz negra. Funcionó de forma casi ininterrumpida durante dos décadas, hasta su cierre el 16 de julio de 2022.
01-006 La Quimera del electro swing. 25 de octubre de 2014.
25 de octubre de 2014. Swing Disorder, colectivo madrileño de swing y electroswing formado por DJs, VJs y artistas urbanos, aparece en esta imagen convertido en motor de una fiesta subterránea: uno de sus miembros pincha desde un portátil mientras el otro se ajusta los cascos frente a un mural morado en el que se lee “Quimera”. La máscara, los tirantes y la mezcla de tecnología y estética retro condensan bien el espíritu lúdico y algo gamberro del grupo, que ha utilizado el swing y el electroswing como herramienta para recuperar el baile social y resignificar espacios de la ciudad.
La escena tuvo lugar en La Quimera de Lavapiés, un edificio ocupado junto a la actual plaza de Nelson Mandela que, durante años, funcionó como centro social autogestionado. En ese contexto, Swing Disorder no solo ofrecía sesiones de baile, sino que contribuía a la vida cultural y política del barrio: fiestas abiertas, precios populares, colaboración con colectivos locales y una fuerte dimensión comunitaria. La fotografía captura ese cruce entre cultura de club, movimiento okupa y experimentación artística que caracterizó tanto al colectivo como al propio espacio de La Quimera.
01-007 El mestizaje de Liberarte en Lavapiés. Andrés Kaba. Liberarte.
El pianista del Congo, Andrés Kaba toca en Liberarte, rodeado de sillas apiladas y con un teclado apoyado sobre una mesa de madera, en una escena íntima que resume bien el carácter del local. Liberarte abrió sus puertas en julio de 2014 de la mano de Giulio y Fafa, después del cierre de su anterior proyecto, La Grándola, en enero de 2014, y se convirtió muy pronto en un lugar de encuentro imprescindible para la música en directo en Lavapiés, con conciertos todos los días de la semana. Durante más de siete años, hasta su cierre en diciembre de 2021, por su pequeño escenario y su salón pasaron infinidad de músicos, proyectos y jams que hicieron del bar un punto de referencia para quienes buscaban cercanía, mezcla de estilos y el ambiente cálido de un barrio que se reconocía en su propia banda sonora.
01-008 El último concierto de Jorge Pardo en el antiguo Café Berlín. 30 de diciembre de 2015.
30 de diciembre de 2015. Jorge Pardo, saxofonista y flautista madrileño fundamental en la historia del jazz flamenco, aparece en esta foto en el Café Berlín de la calle Jacometrezo durante su último concierto en esa sede, el 30 de diciembre de 2015. Figura clave de la fusión entre jazz y flamenco desde los años setenta y colaborador de Paco de Lucía, Camarón o Chick Corea, Pardo simboliza aquí a toda una generación de músicos que hicieron del Berlín un laboratorio sonoro y un lugar de encuentro para la escena madrileña.
La imagen lo muestra sentado en una silla alta, inclinado hacia delante, con el saxofón tenor entre las manos y el telón rojo del pequeño escenario envolviendo la escena. Sobre su cabeza, los micrófonos y los cables recuerdan la cercanía física entre artistas y público, característica de este club. Al fondo se adivina el rótulo del Café Berlín, que durante décadas fue uno de los templos de la música en directo en Madrid, desde los bailes tropicales de los años setenta hasta su reinvención como club de jazz y flamenco.
Este concierto se enmarcó en la programación de despedida del Berlín de la calle Jacometrezo, que cerraría definitivamente sus puertas pocos días después, a comienzos de enero de 2016, por la venta del edificio para construir un hotel a un grupo hindú.
La fotografía captura, por tanto, un momento muy especial: una noche en la que un maestro de la improvisación se despide de un espacio mítico, justo antes de que desaparezca esa sala en concreto pero continúe el proyecto en su nueva ubicación de Costanilla de los Ángeles.
01-009 Vamos a celebrar en mi casa la mezcla de todas las razas. Antiguo Café Berlín. 16 de diciembre de 2015.
Miércoles 16 de diciembre de 2015. Las noches de los miércoles con la Diego Guerrero Flamenco Jam convirtieron el antiguo Café Berlín de la calle Jacometrezo en un templo del flamenco fusión: cada semana se llenaba hasta la bandera, con un ambiente eléctrico y un público entregado hasta la madrugada.
La imagen recoge un instante de la última Diego Guerrero Flamenco Jam celebrada en este histórico escenario, una sesión maratoniana que se prolongó durante horas a base de pases encadenados y sorpresas sobre el escenario. Diego Guerrero levanta una tarta de cumpleaños dedicada al percusionista Manu Masaedo, mientras le arropan la bailaora Lisi Safair, el trompetista Enriquito y el saxofonista Antonio Lizana, rodeados de músicos y micrófonos preparados para seguir improvisando.
Esa noche los invitados oficiales de la jam fueron Montse Cortés y Petete, pero como era habitual en el Berlín, la velada se llenó de apariciones espontáneas y complicidades entre artistas. El título de la foto procede de la canción “Paella del sábado” de Enriquito, en la que participan Diego Guerrero y Nashrine Ramani, guiño perfecto al espíritu festivo, colectivo y casi familiar de aquellas noches irrepetibles en Jacometrezo.
Ilusión (16-19). La expansión creativa y el giro político
02-000 Mayte Martin en loss Veranos de la Villa. Parque lineal del Manzanares. 1 de agosto de 2016
La llegada de Carmena supuso una expansión cultural descentralizada en Madrid, con festivales en barrios y Lavapiés-Malasaña como epicentros. Esta ilusión de convivencia chocó con la gentrificación y cierres de locales. La portada es el concierto de Mayte Martín en Veranos de la Villa 2016 (Parque Lineal del Manzanares): un símbolo de llevar la alta cultura a la periferia y del flamenco plural y libre en una época donde Madrid soñó con ser una ciudad abierta y sensible al cambio.
Con la llegada de nuevas expectativas políticas al Ayuntamiento con Manuela Carmena su descentralización cultural, se abre una etapa de expansión creativa en la que proliferan festivales, ciclos y programaciones alternativas que dan visibilidad a escenas antes marginadas. Los Veranos de la Villa se dispersan por los barrios, los mercados se convierten en escenarios, las salas de conciertos consolidan su papel y Lavapiés se afirma como epicentro de mezcla, experimentación y mestizaje sonoro.
Esta fase está atravesada por una ilusión doble: la de una ciudad que se ve a sí misma como laboratorio de convivencia cultural, y la de una escena musical que siente que, por fin, las ayudas y la atención institucional empiezan a llegar. Sin embargo, bajo esa energía se va incubando una tensión: la gentrificación avanza, los precios de la vivienda suben, los cierres de locales se acumulan y se hace evidente que el modelo neoliberal de ciudad choca con la sostenibilidad de los espacios pequeños donde realmente se cocina la cultura viva.
La imagen de portada seleccionada para este periodo es el concierto de Mayte Martín en los Veranos de la Villa de 2016, celebrado el 1 de agosto a las 21:00h en el auditorio al aire libre del Parque Lineal del Manzanares. La programación de aquel verano —el primero plenamente diseñado bajo el nuevo modelo institucional— simbolizaba la voluntad de llevar la cultura a todos los distritos, devolviendo a la ciudadanía espacios que durante décadas habían permanecido al margen de los grandes circuitos. En ese marco, la actuación de Mayte Martín adquiere un significado particular: su voz contenida, su presencia serena y el refinamiento minimalista de Tempo Rubato dialogan con un entorno urbano humilde, de periferia, que se convertía por unas horas en escenario privilegiado.
La fotografía captura ese instante de iluminación íntima sobre la noche abierta del sur de Madrid. La luz recorta a la artista y a su conjunto en un círculo cálido que contrasta con la penumbra del parque, subrayando la extraña belleza de un concierto que parece surgir de la propia tierra. El público, sentado directamente en el suelo, conforma un coro silencioso que contribuye a la atmósfera de recogimiento colectivo. No hay artificio ni monumentalidad: solo la música depositada en un espacio que, gracias a la descentralización cultural, se vuelve por un momento centro.
Más allá de su valor documental, la imagen condensa una emoción que atraviesa toda esta etapa: la sensación de estar presenciando algo frágil y prometedor, un pequeño milagro urbano donde la alta musicalidad convive con la cercanía de barrio. Pero también deja entrever la duda que recorrerá los años posteriores: ¿puede sostenerse ese modelo? ¿Puede una ciudad en acelerada transformación proteger los lugares donde germina lo común? El concierto de Mayte Martín, con su tono íntimo y a la vez expansivo, es el emblema perfecto de un periodo en que Madrid soñó con ser una ciudad abierta, plural y sensible, mientras las fuerzas del mercado comenzaban a tensionar ese sueño.
La elección de Mayte Martín para representar este periodo no es arbitraria. Más allá de su excelencia artística, su presencia encarna una dimensión política y simbólica que atraviesa la propia historia reciente de Madrid. Martín es una figura clave del flamenco contemporáneo: una artista catalana, no gitana, que rompió moldes al ganar la prestigiosa Lámpara Minera en 1987, un hito que cuestionó fronteras identitarias y abrió el género a nuevas genealogías. A ello se suma su papel visible como mujer lesbiana dentro del colectivo LGTBI, con una trayectoria marcada por la integridad, la libertad personal y la resistencia a los mandatos de la industria cultural. En un momento en que la ciudad proyectaba una ilusión de apertura, diversidad y convivencia, su presencia en un escenario periférico como el Parque Lineal del Manzanares adquiere una fuerza particular: simboliza la posibilidad de un flamenco plural, crítico y emancipado que dialoga con una Madrid también en busca de nuevas formas de ser. Su actuación, íntima y despojada, funciona así como metáfora de una época en la que la cultura se entendía no solo como entretenimiento, sino como un acto de afirmación política y emocional.








02-001 Flamenco itinerante en la Fe de San Lorenzo. Calle de la Fe. 7 de agosto de 2016.
Momento del concierto itinerante de flamenco fusión del domingo 7 de agosto de 2016 en las Fiestas de San Lorenzo de Lavapiés, en la segunda parada del recorrido por la calle de la Fe, a la altura del número 6, junto al hoy desaparecido Bar La Pianola. Angie «Compás de Encuentro» actúa al micrófono acompañada por Lorena «Niña Lunares», Mercedes Martínez a la guitarra, Ruth Rubio al violín y Antonio Delgado Mani al compás, palmas y coros, arropadas por un nutrido grupo de vecinas y vecinos que llenan y se sientan en la calle para escuchar el concierto.
02-002 Sandra Delaporte en la Jam de Cosmosoul. Sala Barco. 1 de mayo de 2016.
Sandra Delaporte en plena actuación en la jam de los domingos por la noche de Cosmosoul, en la Sala Barco (Malasaña), el 1 de mayo de 2016. Primeros tiempos en la escena madrileña para quien poco después formaría, junto a Sergio Salvi, el dúo de pop electrónico Delaporte
02-003 Cante y copla en El Calvario. 15 de septiembre de 2016.
15 de septiembre de 2016. El Calvario fue durante muchos años un pequeño templo de la música de autor y la poesía en Lavapiés, hasta su reciente cierre en el verano de 2025.
En la foto aparece el sevillano Carrasquilla en concierto, acompañado a la guitarra por Álvaro Gil. En un momento de la noche invitan a subir al escenario a su amiga, la gran cantante onubense Sandra Carrasco, que se suma a la actuación y completa este trío íntimo que recoge la imagen.
02-004 Presentación de Lycantho en Clamores. 16 de septiembre de 2016.
Neil Clarke, Inoidel González, Miguel Blanco y Luis Pescador en el concierto de Lycantho en la Sala Clamores, el 16 de septiembre de 2016, en plena fusión de jazz, funk y ritmos afro que caracterizan al proyecto del artista congoleño afincado en Madrid.
Neil Clarke es un saxofonista de soul, jazz y funk afincado en Madrid, con más de cuatro décadas de experiencia y muy activo en la escena de músicas negras de la ciudad. Suele aparecer en proyectos de fusión y jam sessions donde aporta un sonido cálido, melódico y muy ligado al groove. En sus comienzos estuvo relacionado con la escena punk londinense de finales de los 70s.
Inoidel González es un saxofonista cubano de jazz, formado en la prestigiosa Escuela Nacional de Arte de La Habana, donde se graduó como saxofonista tenor en 1996. Durante sus estudios ya destacó como improvisador y fue invitado a festivales de jazz en Cuba, y más tarde se instaló en España, donde lidera su propio cuarteto y quinteto, fusionando los clásicos del jazz con la tradición musical del Caribe y Sudamérica en clubes y festivales
Miguel Blanco es un bajista, compositor, arreglista y productor barcelonés afincado en Madrid, especializado en jazz latino y fusión, con una larga trayectoria en big bands y proyectos de música afroamericana. Ha sido productor, compositor y arreglista de Jerry González en sus discos con big band, ha trabajado para artistas como Omara Portuondo, Paquito D’Rivera o Miguel Ríos y lidera proyectos propios como Afrodisian Orchestra o La Calle Caliente, además de ejercer como profesor de arreglos y armonía de jazz en Musikene.
Luisillo Pescador es un baterista muy activo en la escena madrileña, especializado en ritmos de raíz latina, funk, reggae y músicas mestizas. Lidera su propio proyecto Cucumber Project, donde mezcla latin, funk, rock y electrónica con una energía muy orientada al baile.
Lycantho es un cantante, compositor, guitarrista y bailarín originario de Kinshasa (República Democrática del Congo). Su propuesta mezcla funk, afrobeat, reggae, jazz y otras músicas del mundo en un directo muy energético y bailable, siempre arropado por una banda de músicos de primer nivel de la escena madrileña que refuerza ese concepto de “crazy fusion” y afro‑fusión con el que se ha presentado en salas como Clamores, Café La Palma, Tempo Club, El Sótano, Vesta o Sala Barco
La Sala Clamores es un histórico club de conciertos situado en el barrio de Chamberí (Madrid), activo desde el 25 de julio de 1981. Nació en plena Movida madrileña como local dedicado sobre todo al jazz y con el tiempo se ha convertido en un templo de la música en vivo donde conviven jazz, blues, soul, funk, rock, flamenco y músicas latinas. Forma parte del censo de salas que son Patrimonio Cultural de la ciudad de Madrid
02-005 Larbi y Hesham con Sinouj en el Bogui. 27 de julio de 2016.
Primer plano en blanco y negro del violinista tunecino Larbi Sassi y el laudista egipcio Hesham Essam Makarem en pleno diálogo musical durante el concierto de Sinouj en la desaparecida sala Bogui Jazz de Madrid, el 27 de julio de 2016: sus miradas se cruzan mientras las manos vuelan sobre las cuerdas del violín y el laúd, resaltadas por una luz lateral que deja el fondo en penumbra y concentra toda la atención en la intensidad del intercambio, símbolo perfecto del carácter afromediterráneo y viajero de la banda.
Sinouj es una banda afromediterránea dirigida por el saxofonista Pablo Hernández Ramos que mezcla tradiciones musicales del Magreb y Oriente Medio con jazz contemporáneo, funk, rock y toques de electrónica. El proyecto comienza su andadura alrededor de 2007‑2008, cuando se consolida como cuarteto afromediterráneo activo en festivales y salas de jazz. Hasta hoy tiene tres discos de estudio editados a su nombre: Were (2012), La Fiche (2014) y Labu (2017), todos con composiciones mayoritariamente originales y con colaboraciones de músicos como Jorge Pardo o Javier Paxariño
Bogui Jazz fue uno de los grandes templos del jazz en Madrid, situado en la calle Barquillo, muy cerca de Chueca. Abrió como club de jazz en 2005, impulsado por el programador y productor estadounidense Dick (Richard) Angstadt, que convirtió el local en un referente para la escena madrileña y en una sala habitual para figuras nacionales e internacionales. En 2008 el Ayuntamiento lo clausuró por problemas administrativos y de insonorización, pero Dick logró reabrirlo en febrero de 2011 tras 28 meses de batalla burocrática, y el Bogui vivió entonces sus años de mayor esplendor. Finalmente, la sala cerró definitivamente el 31 de agosto de 2018, después de 14 años de actividad intermitente, cuando los propietarios del bajo decidieron no renovar el contrato de alquiler, pese a que el club estaba en plena forma y figuraba en listas internacionales de mejores salas de jazz. Dick Angstadt, descrito a menudo como “alma” y “señor” del Bogui, fue mucho más que el dueño: ejerció de programador, anfitrión y defensor incansable del jazz en vivo en Madrid, y su figura sigue muy ligada a la memoria del local incluso después del cierre.
02-006 Shirley Davies en la presentación de Black Rose. Sala Arena. 9 de abril de 2016.
Shirley Davis aparece en un momento de reposo en el lateral del escenario, tras una de las canciones de la presentación de “Black Rose” en la Sala Arena de Madrid, el 9 de abril de 2016 junta a The SilverBacks. Acurrucada junto a los monitores y los cables, con las piernas cruzadas y el cuerpo ligeramente inclinado hacia la cámara, mantiene una expresión serena y satisfecha en medio de la intensidad del show. En el fondo deja ver la batería y parte del set de la banda, recordando que, aunque esté sentada, sigue inmersa en el espacio del concierto.
Su vestuario es tan protagonista como su gesto. Luce un vestido de colores vivos y estampado africano, grandes pendientes circulares, collares, pulseras metálicas y sandalias de tacón alto que refuerzan su imagen de diva del soul contemporánea, conectada con sus raíces y con estética afrofuturista. La luz lateral dibuja brillos en la piel y en las joyas convirtiendo su pequeño descanso en una declaración de presencia escénica.
En el contexto de la presentación de “Black Rose”, Esta imagen resume bien el carácter del concierto de presentación de Black Rose en la Sala Arena, fuerza y vulnerabilidad, elegancia y cercanía. Shirley es muy poderosa cuando canta, pero también muy humana, siempre cómplice con el público. La cercanía física con la batería y el cableado enfatiza esa idea de artista sumida en la maquinaria del soul desprendiendo magia junto a The Silverbacks.
02-007 Diego Guerrero Flamenco Jam en el nuevo Café Berlín. 23 de junio de 2016.
23 de Junio de 2016. El nuevo Café Berlín acaba de aterrizar en la Costanilla de los Ángeles y empieza a escribir, noche a noche, su propia memoria sonora. En la imagen, ese relato arranca a golpe de compás: en el centro del escenario, Sandra Carrasco avanza hacia el micrófono con paso firme y una alegría despreocupada, la blusa anudada y el movimiento de su cuerpo que pase a ser baile entrando en la canción. Es el segundo anterior al cante, el instante en que la sala contiene el aliento antes de que se abra la voz.
A su derecha, el guitarrista lebrijano Rycardo Moreno la sigue con una atención serena, casi fraterna: ella mira al público, él la mira a ella, y en ese triángulo se sostiene la escena. Al fondo, el contrabajo dibuja una columna de ritmo, la percusionista australiana afincada en España Nasrine Rashmani se acomoda sobre las congas y el flautista Ale Escalera calcula su entrada. Nadie está quieto del todo esperando la llegada de su clímax. La fotografía captura ese territorio de tránsito en el que la jam se ordena y cada músico escucha al otro para decidir cómo sumarse al coloquio común.
El blanco y negro refuerza la atmósfera de club, de refugio urbano donde confluyen acentos y procedencias diversas alrededor de un idioma común: el flamenco mestizo que Madrid ha ido forjando en las últimas décadas. Retrato de artistas que dibuja una escena que funciona como coreografía de miradas y gestos que resume la intención de esta muestra: fijar el momento exacto en que la música convierte una noche cualquiera en una experiencia única y compartida.
02-008 FunkWoman. Ella en la piel. El Junco. 8 de abril de 2016.
8 de abril d 2016. En la foto, Susana Ruiz “FunkWoman” desde El Junco canta casi en susurro sobre el micrófono, en un primer plano en blanco y negro que reduce la escena a gesto y voz. El encuadre cerrado destaca el rizo de su pelo, la intensidad de la mirada y, sobre todo, el gran tatuaje de Ella con micrófono en el brazo, como si otra voz la acompañara desde su piel. La iluminación lateral recorta su silueta y deja el fondo desenfocado, de modo que la atención se concentra en la boca que roza la rejilla del micro y en la mano que lo sujeta, convertida en centro físico y simbólico de la imagen.
Susana Ruiz es una de las voces clave de la escena de músicas negras de Madrid: cantante autodidacta, DJ y productora, conocida artísticamente como FunkWoman. A lo largo de los años ha liderado proyectos propios de soul, funk y rhythm & blues, ha colaborado en grabaciones como “Billie Sings Soul / Lady Sings the Blues” y se ha consolidado también como selectora en clubs y festivales, donde mezcla clásicos del funk y el soul con nuevas propuestas contemporáneas.
Durante buena parte de la década de 2010, su nombre quedó ligado a la Black Jam de El Junco, una jam de músicas negras que los jueves convertía este club de la plaza de Santa Bárbara en punto de encuentro fijo para amantes del soul, el funk y el R&B. Capitaneada por Susana, la sesión fue creciendo hasta convertirse en una referencia de la noche madrileña, con aforos completos, invitados sorpresa y un ambiente en el que se mezclaban músicos profesionales, estudiantes y público fiel; la dinámica solo se quebró en enero de 2018, cuando un grave accidente apartó a la cantante de los escenarios durante un largo periodo.
El Junco, por su parte, fue uno de los clubs más activos de la ciudad en materia de jam sessions, con programación diaria orientada al jazz, el funk y la música negra, y con la Black Jam como una de sus señas de identidad. En ese escenario se curtieron muchos instrumentistas de la escena actual, aprovechando un formato que combinaba concierto y jam abierta y que permitía que cada noche fuese distinta.
A lo largo de los años, la banda base que sostuvo a Susana en la Black Jam estuvo formada por baterías como Antonio Pax y Mario Carrión, bajistas como José Vera o David Salvador, y el guitarrista/teclista Carlos Murillo, entre otros. Ellos aportaban el groove estable sobre el que se construía cada sesión: Pax con su pegada funk y su experiencia en bandas como Vaca Azul o Amparanoia, Carrión con su versatilidad entre el soul y el jazz, Salvador y Vera con líneas de bajo sólidas y creativas, y Murillo con una guitarra y teclados cargados de armonías modernas, sobre los que la voz de FunkWoman podía moverse con total libertad.
Apagón (20-21): Pandemia, vacío y resistencia silenciosa
03-000 Chulapos bailando en Muñiz en La Paloma del año 2020
La pandemia cortó la expansión cultural de Madrid, exponiendo la fragilidad del tejido vivo (salas vacías, proyectos congelados). Surge una resistencia mínima con formatos reducidos y actividades híbridas. La imagen de portada es del Bar Muñiz en La Paloma 2020: un escenario festivo vacío, con dos figuras con mascarilla. Simboliza la interrupción de lo popular y la obstinación de la ciudad por sostener su identidad cultural y su memoria, incluso en el silencio.
El estallido de la pandemia corta en seco esta expansión y deja a Madrid sumida en un silencio que se siente antinatural en una ciudad acostumbrada a la calle, al ruido y a la noche. Las salas se vacían, los músicos pierden su público, los proyectos se congelan y el tejido cultural muestra de golpe su fragilidad estructural: bastan unos meses para que décadas de trabajo queden en suspenso o desaparezcan.
Pero ese apagón no es solo ausencia; también es laboratorio de nuevas formas de imaginar la cultura. Surgen conciertos en formatos reducidos, actividades en parques, experiencias híbridas y fórmulas temporales que permiten mantener viva la llama, aunque sea en modo de resistencia mínima, como una brasa que se niega a apagarse. Las imágenes de este periodo captan esa tensión entre vacío y obstinación: mascarillas, aforos limitados, distancias físicas y, al mismo tiempo, miradas que dicen “seguimos aquí”.
La foto elegida para esta etapa está cargada de significado: es el Muñiz, en la Calle Calatrava, durante la festividad de La Paloma de 2020, unas fiestas que no se pudieron celebrar. La paradoja salta a la vista: un escenario tradicionalmente asociado a la multitud, al calor popular, al exceso alegre, aparece casi vacío, reducido a dos figuras que, pese al mantón y la indumentaria castiza, llevan mascarilla. Esa imagen condensa la extrañeza radical de aquel verano: la fiesta seguía inscrita en los cuerpos, pero el mundo que la hacía posible había desaparecido.
El encuadre, aparentemente sencillo, actúa como una especie de dispositivo emocional. El bar del fondo —con su luz cálida, su promesa de vida cotidiana— contrasta con la asepsia de la mascarilla, que funciona como una grieta visual y simbólica. Lo que debería ser espacio de convivencia se transforma en un decorado suspendido; lo que solía ser ruido, mezcla y proximidad se convierte en un gesto contenido, casi ritual, sostenido únicamente por la memoria cultural de quienes posan. Así, la fotografía captura no solo el vacío físico, sino un vaciamiento del sentido, una interrupción forzada de la continuidad de lo popular.
A la vez, en esa fragilidad se adivina una forma de resistencia. La pareja en la calle no está representando un rol festivo; está sosteniendo un símbolo, manteniendo en pie, aunque sea tenuemente, un hilo que conecta con la identidad profunda de la ciudad. No hay verbena, no hay baile, no hay barra, no hay calle tomada. Pero hay un gesto que dice: “La fiesta volverá; nosotros seguimos aquí”. Ese es el pulso íntimo de la imagen: la afirmación de una cultura que no desaparece ni siquiera cuando le arrancan su espacio natural.
La fotografía, en su aparente quietud, revela el choque de dos temporalidades: la de la tradición, que insiste en permanecer, y la del acontecimiento histórico, que impone una pausa abrupta. Es un documento de un Madrid distópico, en el que la identidad castiza —habitualmente exuberante, alegre, corporal— se ve obligada a convivir con el silencio y el miedo. Y, sin embargo, esa contradicción no la debilita: la vuelve más consciente, más humana, más vulnerable y, por ello mismo, más verdadera.
Por eso esta imagen no es solo testimonio de un apagón, sino también de la capacidad de la ciudad para mantener encendida la memoria de sí misma incluso en sus horas más oscuras. En esa esquina de La Latina, en pleno agosto de 2020, Madrid no celebró, pero tampoco se rindió. La fiesta estaba suspendida; la identidad, no.
03 -001 La última semana de Casa Patas. 5 de marzo de 2020
Fotografía tomada el 5 de marzo de 2020 en Casa Patas (C/ Cañizares, Madrid), en una de sus últimas actuaciones antes de que la pandemia apagara su escenario: bajo el telón negro y el neón de “casapatas flamenco en vivo” aparece un cuadro flamenco con el público a un palmo del tablado, esa cercanía intensa que desde 1985 convirtió al local en referencia del flamenco en vivo; el cierre, anunciado en mayo de 2020 tras el parón por la covid y la caída del turismo, vuelve esta escena cotidiana un documento de memoria, el último latido de un lugar mítico que aún sigue resonando en la ciudad.
La imagen captura uno de los últimos latidos de Casa Patas, el histórico tablao flamenco de la calle Cañizares, en Madrid, tomada el 5 de marzo de 2020, apenas unos días antes de que la pandemia apagase su escenario para siempre.
Sobre el pequeño escenario, enmarcado por el característico telón negro y el rótulo luminoso de “casapatas flamenco en vivo”, se desarrolla un cuadro flamenco completo: el guitarrista a la derecha, el cantaor sentado en el centro, y dos figuras de baile ocupando el espacio con una tensión casi teatral. La bailaora, de espaldas, luce un vestido negro de lunares blancos con volantes que caen en cascada, mientras el bailaor, de chaqueta blanca y chaleco oscuro, se prepara para la siguiente llamada sobre el tablado, ante la mirada expectante de un público que llena la sala. La proximidad de las mesas al escenario y la penumbra de la sala refuerzan la sensación de intimidad, esa atmósfera de templo laico del flamenco que convirtió a Casa Patas en referencia internacional.
Fundado en 1985, Casa Patas combinó taberna y restaurante con un tablao que pronto se transformó en punto de encuentro de artistas y aficionados, un lugar donde el cante jondo convivía con el bullicio de la barra y el rumor de los platos. El edificio neoclásico de Cañizares albergaba, además del escenario principal, la Sala García Lorca y espacios de ensayo vinculados a la Fundación Conservatorio Flamenco Casa Patas, que impulsó cursos, talleres y actividades formativas para nuevas generaciones de bailaores, cantaores y guitarristas. Por su tablao pasaron figuras consagradas y jóvenes promesas, y su nombre se convirtió en sinónimo de flamenco en vivo para madrileños y turistas.
La fotografía corresponde a la que sería la penúltima semana de actividad regular del local, el 5 de marzo de 2020, cuando aún no se había decretado el estado de alarma, pero ya se respiraba una total inquietud en el ambiente. En la programación oficial de Casa Patas figuraba para esos días un cuadro con Saúl Quirós y “El Ciervo” al cante y Paco Soto a la guitarra, representantes de esa mezcla de tradición y contemporaneidad que caracterizaba la oferta artística del tablao. La escena congelada en la imagen muestra, así, no solo un momento de baile y música, sino también el eco de una normalidad que estaba a punto de desaparecer.
En mayo de 2020 se anunció oficialmente el cierre de Casa Patas: la interrupción de la actividad por la covid‑19, la desaparición casi total del turismo —que representaba alrededor del 75% del público— y la imposibilidad de sostener los elevados costes del local hicieron inviable la reapertura. La empresa explicó que, pese a agotar sus reservas económicas y buscar alternativas, no podía seguir acumulando deudas en un escenario sin visitantes extranjeros ni garantías de recuperación a corto plazo, lo que supuso la pérdida de decenas de puestos de trabajo y el apagón de uno de los símbolos del flamenco madrileño. La venta posterior del edificio confirmó el carácter definitivo de ese adiós, obligando a la Fundación Casa Patas a continuar su labor pedagógica en otros espacios y dejando a la ciudad sin uno de sus referentes culturales más reconocibles.
Vista con la perspectiva del tiempo, la fotografía funciona como documento de memoria: un instante corriente de una noche cualquiera que, de repente, se convierte en el último testimonio de una forma de vivir el flamenco en Madrid. En las siluetas de los artistas, en los rostros concentrados del público y en el brillo de los focos sobre el vestido de lunares se condensa la esencia de Casa Patas: cercanía, intensidad y verdad, esa verdad que nace del taconeo, del rasgueo de la guitarra y del quejío del cante. Esta narra la despedida silenciosa de un lugar mítico y recuerda que, aunque el local haya desaparecido, la memoria de su escenario sigue viva en quienes lo habitaron.
03-002 El Mercado de San Fernando el 20 de julio de 2020 a las 20:00h
Tomada en el Mercado de San Fernando el 20 de julio de 2020 a las 20:00, esta imagen retrata la primera “nueva normalidad” de Madrid: un pasillo que debería vibrar de voces y compras aparece vacío, con persianas bajadas, señalética de distancia social en el suelo y una línea amarilla que convierte el paseo en itinerario. Bajo la luz fría del techo industrial, una joven con mochila salta en el centro exacto del encuadre, suspendida un instante, como si quisiera tocar la tira fluorescente: un gesto mínimo que rompe la inmovilidad y vuelve el protocolo escenario. En ese salto cabe una ciudad todavía paralizada, pero empeñada en recuperar movimiento, alegría y vida.
La fotografía está tomada en el Mercado de San Fernando, el 20 de julio de 2020 a las ocho de la tarde, cuando Madrid vivía su primera “nueva normalidad” tras los meses más duros de la pandemia. A esa hora, en circunstancias normales, el mercado de San Fernando habría sido un hervidero de vecinos, terrazas interiores llenas y puestos abiertos; sin embargo, el pasillo aparece desierto, con la mayoría de persianas bajadas y apenas el eco de una presencia humana suspendida en el aire.
Los comercios y mercados madrileños habían recuperado cierta actividad en julio de 2020, pero bajo la estricta normativa de aforos reducidos, distancias de seguridad y señalética omnipresente en el suelo. El ocio nocturno continuaba prácticamente clausurado y muchos negocios de hostelería y consumo social funcionaban a medio gas, con horarios recortados y un público todavía temeroso, lo que se traducía en locales abiertos a nivel administrativo pero semivacíos en la práctica. El Mercado de San Fernando, referente de sociabilidad vecinal y gastronomía en Lavapiés, vivía ese extraño tiempo intermedio: autorizado a abrir, pero lejos del bullicio previo a la covid‑19.
Señales en el suelo, persianas bajadas
La imagen recoge con precisión esa atmósfera: en el suelo, un círculo azul pide “Mantenga distancia social”, mientras una línea amarilla marca el recorrido que deben seguir los clientes para evitar cruces innecesarios. A la derecha y al fondo, las persianas metálicas bajadas hablan de negocios que aún no han vuelto, o que no han sobrevivido al parón; a la izquierda, la presencia de palés y estructuras de madera refuerza la sensación de espacio provisional, a medio montar, como si el mercado estuviera en pausa. La iluminación fría del techo industrial y el pasillo estrecho subrayan la idea de túnel, de tránsito obligado más que de paseo libre por un espacio de encuentro.
Un salto contra la inmovilidad
En medio de ese corredor disciplinado aparece la figura de una joven que salta, captada en el instante exacto en el que sus pies no tocan el suelo y sus brazos se elevan hacia la luz de la tira fluorescente que recorre el techo. Con vestido y mochila, como si estuviera de paso, su gesto convierte el trayecto en escenario. El protocolo pide orden y contención, su salto introduce juego, desobediencia y afirmación de vida. La composición la sitúa en el centro del encuadre, aislada pero protagonista, enfrentando su ligereza a la pesadez de las persianas bajadas y de las normas marcadas en el pavimento.
Una ciudad paralizada
La escena funciona como crónica visual de aquel verano de 2020 en Madrid, cuando las grandes restricciones del confinamiento habían quedado atrás, pero la ciudad aún no se reconocía en sus propios espacios. Discotecas y salas de fiestas seguían cerradas, parte de la hostelería operaba con aforos limitados y muchos mercados de barrio todavía sufrían la ausencia de la clientela habitual y del turismo. En ese contexto, el salto en el Mercado de San Fernando no es sólo un gesto estético: es la imagen de una ciudadanía que intenta recuperar el movimiento y la alegría en mitad de un paisaje urbano todavía marcado por la clausura, un instante suspendido que resume la fragilidad y la resistencia de aquellos días.
03-003 Shirley Davies en Liberarte el 31 de enero de 2021
Shirley Davis actúa en LiberArte Cantina Cultural (Lavapiés) el 31 de enero de 2021, en pleno contexto de restricciones por la COVID‑19. La imagen resume el ambiente íntimo del local y la resistencia de la escena musical madrileña en tiempos de aforo limitado y horarios recortados.
La instantánea muestra a la cantante Shirley Davis actuando en el escenario de Liber Arte Cantina Cultural, en la calle Ave María 32 de Lavapiés, la tarde del 31 de enero de 2021, todavía bajo las restricciones de aforo y horario impuestas por la pandemia de COVID‑19. Este local, una cueva de ladrillo de principios del siglo XX convertida en espacio de ocio y cultura, era conocida por combinar conciertos íntimos, exposiciones y otras actividades artísticas con una fuerte identidad propia. Liber Arte abrió en julio de 2014 y cerró sus puertas en diciembre de 2021 de la mano de sus dos socios, el italiano Giulio y la brasileña FaFa.
Shirley Davis, cantante de soul nacida en Londres y vinculada durante años a la escena madrileña, donde ha formado parte de diversos proyectos de funk como The Silverbacks, aparece en primer plano sobre la tarima, micrófono en mano y pandereta en la otra, vestida con un mono estampado y botines con su outfit especial. La acompaña a su lado un técnico frente a un portátil y una pequeña mesa de sonido, sentado y con mascarilla, que nos sumerge en el contexto de la pandemia en el que se desarrolla el concierto.
El fondo del escenario está presidido por el gran círculo dorado con el logotipo de Liber Arte Cantina Cultural, rodeado de figuras decorativas y percusión, que remiten al carácter mestizo y musical del espacio. A la derecha se aprecia la pared de ladrillo visto, las estanterías con velas y botellas y el trípode con foco.
Shirley, con su prodigiosa voz, solía dar conciertos por el método de pay after show en lugares como Liber Arte. Esos conciertos consistían en una selección de bases sobre la que cantaba de conocidos temas de soul, funk y neosoul.
03-004 Silvia Sónica pinchando en La Huelga em Lavapiés el 31 de Enero de 2021
Fotografía de Silvia Sónica pinchando vinilo en La Huelga (C/ Zurita, 39 · Lavapiés) la tarde del 31 de enero de 2021, con Madrid bajo restricciones por la COVID-19: la mascarilla de la DJ y el reflejo del cliente lo delatan. La luz roja y magenta convierte el local en refugio íntimo; en primer plano, el plato con etiqueta amarilla y la mesa Pioneer iluminada, y alrededor, pegatinas, flecos y ese aire underground Lavapiés. Aquellas tardes nos sostuvieron a quienes vivíamos la noche cuando la ciudad, de pronto, quedó en silencio.
La imagen muestra a la DJ Silvia Sónica pinchando vinilos en el bar-club La Huelga en Lavapiés, en la calle Zurita 39, durante la tarde del 31 de enero de 2021, en pleno contexto de restricciones por la COVID‑19, algo que se aprecia claramente por las mascarilla de la Dj y el cliente con mascarilla reflejado en el espejo. Con una iluminación intensa en tonos rojos y magentas que baña todo el interior, la escena transmite el ambiente cálido e íntimo de este pequeño local especializado en música negra y soul.
Silvia aparece de pie tras la cabina, con auriculares colgados al cuello, camisa blanca, tirantes de lunares y corbata negra, una estética que mezcla elegancia clásica y un punto gamberro muy acorde con el espíritu del club. Su mano derecha flota sobre la mesa de mezclas, lista para ajustar la ganancia o lanzar la siguiente transición, mientras la izquierda descansa cerca del plato, como si acabara de colocar la aguja sobre el vinilo que gira en primer plano con una etiqueta amarilla bien visible.
En la parte frontal se aprecia el tocadiscos junto a una mesa de mezclas Pioneer iluminada por pequeños LEDs, y el borde de la cabina cubierto de pegatinas y recortes que refuerzan el carácter underground del espacio. Al fondo se distingue el rótulo de La Huelga y parte de su decoración, con cortinas de flecos sobre la cabina que caen casi hasta la cabeza de la DJ, envolviendo la escena y subrayando la sensación de refugio musical del barrio de Lavapiés, donde la cultura del vinilo y la cercanía con el público marcan la experiencia de la sesión.
Aquellas sesiones de tarde en clubs como La Huelga durante la pandemia nos sostuvieron a quienes habitábamos la noche y la música; la ciudad se nos vino abajo de un día para otro, empujada por un enemigo invisible.
03-005 Concierto de Afalkai el 8 de diciembre de 2021 en el Café Berlín. En la foto Blanca Paloma y Jerónimo Maya
Blanca Paloma y Jerónimo Maya, con Afalkai, encarnan en el Café Berlín el cruce entre flamenco, jazz y músicas afro‑mediterráneas. La foto captura la emoción del regreso a las salas tras la pandemia y el encuentro entre un maestro del toque y una artista a punto de dar el salto europeo.
La fotografía captura un momento de máxima intensidad en el concierto de Afalkai celebrado el 8 de diciembre de 2021 en el Café Berlín, uno de los templos del jazz y el flamenco en directo de Madrid. En esas fechas las salas acababan de recuperar una cierta normalidad en su programación tras casi dos años de restricciones por la pandemia, de modo que cada concierto se vivía como una celebración del regreso pleno a los escenarios. Este marco convierte la imagen en un testimonio privilegiado de aquella reapertura de la vida musical en la ciudad.
En primer plano aparecen Blanca Paloma y el guitarrista flamenco Jerónimo Maya, protagonistas de una propuesta que cruza flamenco, jazz y músicas afro‑mediterráneas bajo el nombre de Afalkai. Blanca Paloma, vestida con un mono blanco que resalta bajo los focos violeta, canta ante el micrófono con un brazo extendido hacia el público mientras con la otra mano se señala el rostro, subrayando la carga dramática del tema. A su lado, Jerónimo Maya toca la guitarra española con los ojos casi cerrados, en plena concentración, sosteniendo el pulso rítmico y melódico de la pieza.
Afalkai es una aventura musical que ha funcionado como proyecto de directo. Su música, que aúna ambas vertientes del Mediterráneo, fusiona flamenco, jazz y música bereber. Su territorio natural son las salas y festivales de mestizaje donde la creación musical crece a base de improvisación y diálogo.
La trayectoria de Jerónimo Maya ayuda a entender el peso simbólico de esta escena. Guitarrista madrileño de familia gitana y descendiente directo de Ramón Montoya, fue considerado un niño prodigio y ha actuado en escenarios internacionales como el Carnegie Hall. En discos recientes como Pureza y Solera o Coto Cerrao ha apostado por un flamenco desnudo, casi reducido a guitarra y compás de nudillos, y en Afalkai aporta ese peso de la tradición a una propuesta abierta a armonías y grooves poco habituales en el flamenco más ortodoxo
Blanca Paloma, por su parte, llega a este concierto cuando todavía está lejos de la popularidad masiva que le dará Eurovisión 2023. Nacida en Elche en 1989, formada en Bellas Artes y con una sólida carrera como escenógrafa y diseñadora de vestuario, se ha movido siempre en la órbita de la “música de raíz”, combinando cante, puesta en escena y dramaturgia visual. Antes de representarnos en Liverpool con “Eaea” ya había participado en proyectos como Afalkai y en trabajos audiovisuales como la banda sonora de “Lucía en la telaraña”. Mirada hoy, la foto muestra a una artista que ya despliega toda su potencia escénica, cuando aún está construyendo el camino que la llevará al gran escaparate europeo.
Esta imagen de un concierto brillante es también un documento del momento que se vivía. Resume la emoción del retorno a las salas tras la pandemia, el mestizaje sonoro que hierve en el Café Berlín y el cruce de dos trayectorias en momentos muy distintos de maduración: la de un guitarrista consagrado que empuja los límites del toque flamenco y la de una cantante que, desde la escena de clubs madrileña, está a punto de proyectar su arte a todo el continente.
03-006 Acid Jam en El Intruso el 9 de noviembre de 2021. Taki e Inoidel
La imagen muestra una Acid Jam en Intruso Bar el 9 de noviembre de 2021, en plena recuperación de la escena tras las restricciones de la COVID‑19. Julio Martín dirige la sesión al teclado, acompañado por Taki Tekiurt al cante y el saxofonista Inoidel González, en una de las primeras jams semanales que regresaron a las noches madrileñas.
Desde que la pandemia fue remitiendo a lo largo de 2021 hasta llegar a la situación actual, cuatro hitos marcaron el regreso de las salas de música en directo de Madrid a sus jam sessions semanales. El 21 de junio de 2021 se reabrió el ocio nocturno tras meses cerrado, con horario máximo hasta las 3:00, aforos muy reducidos y uso obligatorio de mascarilla, un marco que hacía inviable la programación habitual de conciertos y jams.
El 20 de septiembre de 2021 se puso fin a los límites horarios para hostelería y ocio nocturno: las salas pudieron abrir de nuevo hasta la madrugada según su licencia, aunque las restricciones de aforo seguían dificultando la vuelta completa a la normalidad. El 4 de octubre de 2021 se eliminaron por fin las limitaciones de aforo en la Comunidad de Madrid y las salas recuperaron el 100% de su capacidad legal, lo que permitió reactivar con continuidad las programaciones semanales.
A partir de ese momento, locales como El Junco, Sala Barco, Intruso Bar, Tempo Audiophile Club, Thundercat o Honky Tonk empezaron a retomar sus clásicas jam sessions y conciertos de cada semana. En la práctica el público se fue incorporando poco a poco porque la obligación de llevar mascarilla en interiores se mantuvo hasta el 20 de abril de 2022.
Una de las primeras salas en recuperar casi al completo su actividad fue Intruso Bar, que volvió en tiempo récord a ofrecer jams de lunes a jueves. La foto del martes 9 de noviembre de 2021 recoge una de las primeras Acid Jam de esa etapa en Intruso Bar: al teclado, el líder de la sesión, Julio Martín; a su lado, Taki Tekiurt cantando, mientras el saxofonista Inoidel González escucha atento, símbolo de una escena de reencuentro con el público tras casi dos años de interrupción.
Mutación (22-25): Nuevos espacios, nuevas dinámicas
04-000 Joey Burns, guitarrista de Calexico. Sala Villanos. 6 de febrero de 2025.
Post-2022, Madrid reconfigura su escena cultural: la presión inmobiliaria desplaza proyectos a barrios como Carabanchel (Oporto), mientras proliferan grandes festivales y tardeos descafeinados. La imagen de portada es el concierto de Calexico en la Sala Villanos (heredera de Caracol): un símbolo de la resistencia. Representa una apuesta por la música en vivo como acto cercano, artesanal y comunitario, lejos del producto masivo, reafirmando el arraigo en un Madrid en profunda mutación.
A partir de 2022 la ciudad vuelve a sonar, pero no como antes: la reapertura trae consigo una mutación profunda en públicos, ritmos y modos de habitar los espacios. Aparecen nuevas salas y proyectos en barrios menos centrales, como la zona de Oporto en Carabanchel, mientras la presión inmobiliaria desplaza a artistas y propuestas desde Lavapiés y Malasaña hacia otros territorios más asequibles.
La escena se recompone de manera desigual: en los distritos más acomodados se multiplican salas alineadas con un pop de imaginario más conservador; en los barrios populares fuera de la almendra central, el rock resiste como lengua de protesta; y en el corazón de la ciudad —Malasaña y Lavapiés— prende un mestizaje musical que mezcla flamenco, latin, jazz y soul, y empuja hacia una cultura más comunitaria.
Al mismo tiempo, crecen los grandes festivales, los “tardeos” y los formatos masivos, símbolos de un neoliberalismo cultural que convierte la experiencia musical en producto, pero que convive con pequeños focos de resistencia donde todavía se entiende la música en vivo como relación, cuidado y construcción de memoria compartida.
La elección de la foto de portada para esta mutación cultural es significativa. Se ha escogido la actuación de una banda de reconocido prestigio internacional, pero minoritaria, como es Calexico, en una de las salas surgidas tras la pandemia: la Sala Villanos, heredera y reinvención de la mítica Sala Caracol. El gesto no es casual. Villanos nace con la voluntad explícita de devolver a la ciudad un espacio para la música en directo entendido desde la pasión, no desde la lógica del producto masivo, un lugar donde los conciertos recuperan su dimensión de encuentro cercano, artesanal y ritual.
En la fotografía el guitarrista Joey Burns aparece iluminado por un foco preciso, concentrado en el gesto, mientras el logotipo de “Villanos” se recorta con claridad en el fondo. La imagen no busca el espectáculo, sino la intensidad íntima de un momento en el que músico y espacio parecen estar fundándose mutuamente: una banda internacional y una sala que reivindica la escucha como acto comunitario en un tiempo dominado por algoritmos, ruido y consumo rápido.
El encuadre cerrado, sin adornos, subraya la materialidad del lugar: la estructura metálica, la iluminación directa, la cercanía física del escenario. Todo ello remite a una concepción de la música como práctica viva, concreta, alejada del glamour vanal y de los grandes presupuestos. En esta atmósfera contenida se reconoce un Madrid que vuelve a latir por capas, en pequeños recovecos donde la ciudad se recompone lejos del escaparate neoliberal dominante. La Sala Villanos encarna el momento de cambio actual: un espacio nuevo que no reniega del pasado, sino que lo actualiza y lo reinterpreta, ofreciendo un lugar para propuestas que rehúyen de la homogeneidad del mainstream.
En este contexto, Calexico funciona como emblema de la mutación: una banda mestiza, híbrida por definición, que transita entre fronteras musicales del mismo modo que la escena madrileña transita entre viejos y nuevos territorios. Su presencia en una sala de tamaño medio, lejos de las exigencias de los festivales-mercado, subraya la persistencia de un público que busca experiencias más densas, más humanas, más duraderas que la simple inmediatez del espectáculo.
Por eso esta imagen resume una etapa en la que Madrid se recompone desde sus márgenes y renueva su ecosistema musical a través de espacios que, como Villanos, apuestan por la calidad, el riesgo y la cercanía. En un tiempo de mutación acelerada, esta sala —y esta fotografía— recuerdan que la música sigue siendo, ante todo, una forma de arraigo y de comunidad.
04-001 Mayka Edjole. Ocelot Jam. El Intruso. Seis de noviembre de 2025.
La cantante Mayka Edjole en plena Ocelot Jam en El Intruso el pasado jueves 6 de noviembre de 2025. La imagen captura la intensidad del instante previo al canto, con el foco en sus manos, el micrófono y un vestuario potente que subraya la energía de la escena.
La escena transcurre en la Ocelot Jam, una jam session de espíritu soul, R&B y neo‑soul que se celebra de forma periódica cada jueves en El Intruso, uno de los espacios clave de la música negra en Madrid. En esta noche de noviembre de 2025, Mayka Edjole actúa como voz protagonista y maestra de ceremonias, guiando una velada marcada por la cercanía del público y el carácter abierto de la improvisación.
Mayka Edjole es una de las voces más reconocibles de la escena madrileña, con una trayectoria que arranca en los años noventa y que incluye proyectos como The Sweet Vandals, Pigfoot Band y diversas propuestas en clave soul, funk y jazz. Su presencia en jams como la Ocelot consolida el puente entre la tradición de los clubes pequeños y una comunidad de músicos y oyentes que se ha ido tejiendo en torno a la música negra en la ciudad.
En la fotografía aparece de pie, sosteniendo el micrófono con ambas manos, ligeramente inclinada hacia adelante, en un gesto que transmite concentración y complicidad. El encuadre cerrado corta a la altura del torso y dirige la atención al diálogo entre sus manos y el micro, mientras el fondo permanece desenfocado, convertido en un baño de luces rojizas y moradas que remiten al interior cálido del club.
04-002 Mag Dog Jam Sessions en El Perro Club . Seis de noviembre de 2025.
04-003 David Herrington. Jazz On Five. Teatro del Barrio. 10 de Octubre de 2025
David Herrington, multiinstrumentista británico afincado en Madrid, aparece aquí en pleno solo de tuba con Jazz On Five en el Teatro del Barrio el 10 de octubre de 2025. La imagen, en blanco y negro, condensa la energía física y el sentido del humor que caracterizan tanto al músico como al quinteto madrileño.
En la fotografía se ve a Herrington abrazando literalmente la tuba: el enorme pabellón ocupa casi todo el lateral derecho del encuadre mientras sus manos recorren el laberinto de bombas y pistones. El contraste entre el metal gastado del instrumento y la camisa de estampado geométrico que viste el músico subraya la mezcla de elegancia y desenfado de la escena. El fondo casi negro, apenas roto por la silueta de un atril con partituras, aísla la figura y convierte la tuba en protagonista absoluta, como una gran escultura sonora suspendida en mitad del escenario. La iluminación lateral resalta las texturas del metal y la tensión de los brazos, haciendo casi visible el esfuerzo del soplo que sostiene el solo.
Herrington forma parte de Jazz On Five, quinteto madrileño que combina jazz, swing, blues, música de cine, tarantelas e incluso guiños al techno en un repertorio diseñado para escuchar… y para bailar. El grupo lo integran Guillem Ferrer (saxo), Carmen Vela (flauta y clarinete), Mario Siles (guitarra), David Herrington (tuba) y Dani García (batería), una formación poco habitual que les permite sonar a la vez a brass band callejera y a combo clásico de jazz. Además de sus conciertos en teatros y festivales, la banda es conocida por poner música en directo a clásicos del cine mudo, como “El maquinista de la General” de Buster Keaton, para ciclos de cine con música en vivo.
Su relación con el Teatro del Barrio, en Lavapiés, se ha consolidado a través de las Noches de Baile: sesiones en las que el escenario se convierte en pista y el público baila al ritmo del quinteto, con ambiente de club y vocación comunitaria. En estas veladas, que mezclan concierto y fiesta social, el sonido grave y flexible de la tuba de Herrington sostiene el pulso mientras el resto del grupo se despliega entre riffs de viento, guitarras juguetonas y baterías contagiosas.
Más allá de Jazz On Five, David Herrington ha desarrollado una trayectoria amplia y diversa: ha trabajado en dúos experimentales con el multiinstrumentista Germán Díaz, en formaciones de swing y dixieland, y en proyectos como East Coast Trío “Remembering Chet Baker”, donde combina trompeta y voz en clave más lírica. Esa versatilidad se refleja en su manera de abordar la tuba en esta foto: no solo como bajo armónico, sino como voz solista capaz de dialogar con el público y llevar el peso de la escena. La imagen captura ese instante de protagonismo absoluto, en el que el músico y su enorme instrumento ocupan el centro del espacio, símbolo de unas noches de jazz vivo, cercano y profundamente teatral.
04-004 Presentación del disco de Astrid Canales. Sala Villanos. 25 de septiembre de 2025
Presentación del disco “EGO” de Astrid Canales en la Sala Villanos, 25 de septiembre de 2025. La cantante ibicenca despliega un directo intenso de neosoul y R&B, entre luces rojas y azules, consolidándose como una de las voces más personales de la nueva escena madrileña.
La imagen muestra a Astrid Canales en la presentación de su disco “EGO” en la Sala Villanos, el 25 de septiembre de 2025, atrapada en un perfil intenso, micrófono en mano, entre luces rojas y azules que refuerzan el tono emocional de su directo.
En la foto se ve a Astrid de perfil, con el cabello largo cayendo sobre el hombro iluminado por un foco rojo que tiñe toda la mitad izquierda del encuadre, mientras la derecha se pierde en un fondo azul grisáceo. Sostiene el micrófono muy cerca de la boca, con la mano llena de anillos y pulseras, y del cuello le cuelgan in ears y colgantes que acentúan esa mezcla de delicadeza y fuerza que caracteriza su presencia escénica.
Astrid Canales es cantante, compositora, productora, violista y arreglista nacida en Ibiza, de madre colombiana‑alemana y padre español, formada en conservatorios de España y Alemania antes de asentarse en Madrid para desarrollar su proyecto propio. Su música combina neosoul, R&B, jazz y tradición latinoamericana, algo que se refleja en discos como “Abrazarte” (2023) y en su nuevo álbum “EGO” (2025), en el que lleva más lejos su universo sonoro con letras íntimas y una producción muy personal.
La Sala Villanos, en la calle Bernardino Obregón, se ha consolidado como uno de los espacios clave de la escena actual madrileña donde conviven propuestas de jazz, neosoul y músicas urbanas de nueva generación. La noche de la presentación de “EGO” se describió como un concierto de alta carga emocional, en el que cada tema funcionó como un pequeño viaje introspectivo y el público respondió con una escucha muy atenta, reforzando la sensación de que Astrid es una de las voces más singulares del neosoul hecho en España.
04-005 El guitarrista de The Flame 69 en la Wurli. 29 de marzo de 2025
Guitarrista de The Flame 69 en la Wurlitzer Ballroom, 29 de marzo de 2025. Entre tattoos, correa con rayo y una Epiphone blanca, descarga un riff de punk‑oi! melódico ante una lona amarilla con el logo de la banda, condensando la electricidad cruda del concierto.
La foto captura al guitarrista de The Flame 69 en pleno ataque de riff en la Wurlitzer Ballroom el 29 de marzo de 2025, con gesto de pura entrega punk y una guitarra Epiphone blanca que brilla bajo las luces del club.
El encuadre, muy cerrado, se centra en su torso y en la guitarra: tatuajes cubriendo brazos y cabeza, camiseta blanca ajustada y una correa con rayo que refuerza la sensación de electricidad desatada. Al fondo se adivina la batería y una lona amarilla con el logo de The Flame 69, situando la acción en un concierto de alto voltaje donde el escenario parece a punto de estallar.
The Flame 69 es una banda madrileña nacida en 2024, definida por ellos mismos como “Melodic Oi!” con influencias de la escena inglesa de finales de los setenta y del punk rock clásico, con referencias a grupos como Perkele o Cock Sparrer. El trío está formado por Marky (guitarra y voz), Txutxo (batería) y Alvarito (bajo), músicos veteranos de la escena punk estatal que han consolidado un sonido de riffs afilados, coros y letras directas.
En la Wurli —la Wurlitzer Ballroom, templo del punk rock en la calle Tres Cruces— la banda ha compartido cartel con formaciones internacionales como The Briefs o grupos de la escena local en bolos de pogo asegurado. La imagen del guitarrista, con la cara contraída y el cuerpo adelantado sobre el borde del escenario, resume bien el espíritu de esas noches: canciones cortas, velocidad en vena y una conexión inmediata con un público que canta, empuja y levanta los puños a escasos centímetros del amplificador.
04-006 El batería de The Flame 69 en la Wurli. 29 de marzo de 2025
La imagen muestra al batería de The Flame 69 en plena descarga punk‑rock en la Wurlitzer Ballroom el 29 de marzo de 2025, torso desnudo, baqueta en alto y el logo de la sala como mural de fondo.
El encuadre se centra en el baterista detrás del kit, iluminado por luces magenta y violetas que resaltan los numerosos tatuajes que cubren pecho y brazos. La baqueta derecha queda congelada en vertical, a punto de caer sobre la caja, mientras la izquierda se pierde en el movimiento, transmitiendo la velocidad y la energía propia del directo punk.
Detrás, el muro de piedra oscura de la Wurli luce el característico rótulo blanco “WURLITZER”, parcialmente encuadrado, que sitúa de inmediato la escena en este templo del punk rock madrileño. El contraste entre el fondo rugoso y la figura sudorosa del batería refuerza la sensación de crudeza, cercanía y calor de sala pequeña que define los conciertos de The Flame 69.
04-007 Celia Mayo y Marcus Wilson .The Flip Floppers en Tempo.21 de marzo de 2025
Celia Mayo y Marcus Wilson, al frente de The Flip Floppers, en pleno concierto de soul‑funk en Tempo Audiophile Club el 21 de marzo de 2025. La foto captura un instante de clímax escénico del grupo en uno de los templos madrileños del groove.
La imagen muestra a Celia en primer plano, situada en el centro del escenario, con los brazos extendidos: la mano derecha abierta, ligeramente elevada, y la izquierda marcando una línea horizontal que parece invitar al público a seguir un gesto o un estribillo. Viste camiseta negra con los hombros al aire y queda bañada por una luz cálida que vira del amarillo al magenta, recortando su silueta sobre un fondo violeta y dándole un aire de frontwoman segura y cercana. A su lado, algo desenfocado, se distingue a Marcus con una guitarra semihueca roja, concentrado en los acordes, mientras al fondo se adivina al batería levantando una baqueta justo antes de golpear el plato.
El encuadre sitúa a Celia delante del micrófono principal, con el cable colgando hacia el suelo, mientras detrás de ella se ve la característica moldura luminosa de la pared de Tempo, un marco de neón rosa que subraya el carácter nocturno y algo retro del local. La postura de la cantante, con el cuerpo ligeramente adelantado y la expresión de plena entrega, transmite la sensación de estar en medio de un clímax del concierto.
The Flip Floppers
The Flip Floppers es una banda madrileña de versiones soul y funk con una fuerte vocación bailable. Su formación estable la integran Celia Mayo (voz), Marcus Wilson (guitarra eléctrica), Iván Sangüesa (teclados), Lycantho (bajo) y Bada (batería). El repertorio recorre clásicos de Aretha Franklin, Stevie Wonder, Etta James, James Brown o Amy Winehouse, además de algunos guiños al reggae y al pop con groove, siempre adaptados a un directo en el que el baile es protagonista.
La banda se caracteriza por un sonido compacto y muy orgánico, con una base rítmica poderosa sobre la que se apoyan los riffs de guitarra de Marcus y las líneas melódicas de teclado. Ese soporte da espacio a Celia para jugar con las dinámicas: sus interpretaciones pasan de la suavidad casi susurrada a la fuerza del góspel, generando momentos de call‑and‑response con el público y creando una atmósfera de fiesta compartida.
Tempo Audiophile Club
Tempo Audiophile Club, heredero del histórico Tempo Club, es uno de los epicentros de las músicas negras en Madrid. Nació a principios de los años 2000 y ha ido consolidando una programación centrada en el funk, el soul, el jazz, el afrobeat y las fusiones latinas, con sesiones de dj y conciertos en directo que han dado cobijo a infinidad de bandas locales e internacionales. En su etapa actual combina un espacio de escucha de alta fidelidad high end en la planta superior con una sala de conciertos en el sótano, cuidando especialmente la calidad del sonido y manteniendo siempre la pista lista para el baile.
Entre sus socios y responsables destaca la figura de Roberto Tempo, dj y programador que ha sido clave en la construcción de la identidad del club: sesiones de vinilo, noches temáticas y un criterio muy definido a la hora de seleccionar proyectos con groove y personalidad propia. Dentro de esa línea, The Flip Floppers encajan como anillo al dedo, convirtiendo noches como la de esta foto en auténticos rituales de soul‑funk, donde la frontera entre escenario y pista se diluye y el público se convierte en una extensión natural de la banda.
Celia Mayo
Celia Mayo es una cantante madrileña que se mueve con comodidad entre el jazz, el soul, la bossa nova y el rhythm & blues. Formada en escuelas especializadas y activa en diferentes proyectos (cuartetos de jazz, dúos con piano, colaboraciones en festivales), se ha consolidado como una de las voces más versátiles de la escena local. Su timbre cálido, su sentido del swing y su capacidad para matizar cada frase hacen que las versiones de The Flip Floppers suenen personales, lejos del simple “cover”.
Marcus Wilson
Marcus Wilson, guitarrista eléctrico de la banda, aporta un sonido que bebe del soul y del funk de los años setenta: riffs precisos, uso del wah‑wah cuando la canción lo pide y un sentido del ritmo que sostiene a la vez que impulsa. Su papel, más discreto visualmente que el de la cantante pero esencial en lo musical, se adivina en la foto: concentrado en la guitarra mientras Celia ocupa el centro de la escena. Juntos forman el núcleo visible de The Flip Floppers, responsables de convertir cada concierto en Tempo en una invitación explícita a no quedarse sentado.
04-008 Bay Papi Nazareth .Big Tree Books.13 de marzo de 2025
Bay Papi Nazarerth en plena interpretación de “Samba Malató” en Big Tree Books, el 13 de marzo de 2025, encarnando a una tapada de Lima entre libros, música y teatralidad.
La imagen la presenta en primer plano, vestida con un traje rojo de lunares negros y mantón blanco, pañuelo rojo cubriéndole la cabeza y una gran cesta entre los brazos, que sujeta contra el cuerpo como si acunara un secreto. La luz cálida recorta su figura sobre el fondo del pequeño local, donde se adivinan estanterías repletas de libros y, al fondo, el percusionista sentado al cajón, casi en penumbra.
La postura de Bay Papi —cuerpo inclinado, mirada ladeada y gesto contenido— remite a la figura histórica de la tapada limeña, esa mujer que ocultaba su rostro tras el manto dejando solo un ojo a la vista, símbolo de misterio y libertad en la Lima virreinal. En esta escena, ese imaginario se actualiza en clave musical: la cesta, el vestido y el movimiento se convierten en elementos coreográficos que dialogan con el ritmo afroperuano de “Samba Malató”.
Big Tree Books, librería‑espacio cultural del barrio de Embajadores, funciona como salón íntimo donde se cruzan poesía, música y performance, y esta actuación se inscribe en esa línea híbrida. La fotografía captura precisamente ese cruce: una escena a medio camino entre el recital, el concierto y el teatro de cámara, en la que la tradición afroperuana entra en contacto con el microcosmos literario y nocturno de Madrid.
04-009 Paulina Desdier. La llama sessions. Sala Barco. 13 de marzo de 2025
Paulina Desdier canta en La Llama Sessions de la Sala Barco el 13 de marzo de 2025, en una jam quincenal de neo‑soul y R&B celebrada apenas tres días antes del cierre definitivo del mítico local de Malasaña.
En la fotografía aparece en primer plano, de pie frente al micrófono, con el torso ligeramente girado y un top brillante semitransparente que recoge los reflejos rojos y dorados de la iluminación de BarCo. El encuadre corta por debajo de los hombros y muestra detrás el logotipo en blanco y negro de la sala, así como la figura desenfocada del batería, situando la escena en el pequeño escenario que durante más de dos décadas fue casa de jams de jazz, funk y músicas urbanas.
La Llama Sessions es una jam creada por un colectivo encabezado por el guitarrista y productor Tom Vallejo, con una banda base integrada por músicos como Gianco Moncada, León Sierra o Yoyi Lagarza, pensada como espacio de groove, improvisación y creación colectiva. Se anunciaba como una sesión “de un jueves sí y otro no”, con rotación de vocalistas e instrumentistas invitados y un fuerte énfasis en temas propios y relecturas en clave de neo‑soul y R&B.
El cierre de Sala Barco el 16 de marzo de 2025 puso fin a más de veinte años de programación en directo y convirtió la últimas Llama Sessions en una despedida compartida por músicos y público, tal como reflejaron las crónicas y mensajes de adiós. En ese contexto, la actuación de Paulina Desdier adquiere un peso simbólico: una voz emergente de la nueva escena madrileña de soul y pop alternativo ocupando un escenario que había visto pasar varias generaciones de artistas.
Paulina Desdier es una cantante, compositora y productora de origen mexicano afincada en Madrid, vinculada a la escena de neo‑soul, R&B y pop atmosférico. Ha publicado canciones en plataformas digitales y aparece en bases de datos musicales como artista en solitario y colaboradora, con un sonido que combina texturas electrónicas suaves, armonías soul y letras introspectivas. Formada en creación y producción musical, desarrolla también proyectos ligados a la reflexión sobre la industria y la creatividad, además de participar en ciclos como Salón Mestizo, Jungle Jazz Club y la propia Llama Sessions, donde se la ve con frecuencia en vídeos y directos.
La fotografía, con su mezcla de brillo escénico, proximidad y cierto aire melancólico, condensa todo ello: una jam de autoría y groove, una sala histórica que se despide y una artista joven que encarna el relevo generacional de la noche soul de Madrid.
04-0010 Ana Maes y Paolo Furio en la Acid Jam de El Intruso. 25 de Febrero de 2025
La imagen recoge el instante en que Ana Maes interpreta su tema el 25 de febrero de 2025 en la Acid Jam de El Intruso y entra el contrabajo de Paolo Furio, subrayando un cambio de textura en la canción. Ella, copa en mano, esta girada girada hacia el contrabajista, mientras Paolo se inclina sobre el instrumento para marcar el groove del tema.
Ana aparece en primer plano, con camisa amplia en tonos rojizos que recoge las luces magenta del club, el cuerpo ligeramente inclinado hacia Paolo y la mirada dirigidas hacia el instrumento, como si acompañara cada nota con la respiración.
A su izquierda, Paolo Furio se pliega sobre el contrabajo, gorra calada y manos firmes sobre el diapasón, trazando una línea de bajo que sostiene a la banda mientras explora melodías e inflexiones rítmicas. Detrás de ellos se reconocen las cortinas rojas y la iluminación de El Intruso, uno de los clubes centrales de la escena de jams madrileñas, hogar de sesiones como la Acid Jam, dedicada al soul, funk, jazz y boogaloo, que en 2025 celebró su décimo aniversario.
Ana Maes, rapera y cantante zamorana, se mueve entre el rap clásico, el soul y el R&B, con letras personales y un flow que bebe más de la vieja escuela que del trap. Paolo Furio Marasso, contrabajista italiano afincado en Madrid, es habitual de proyectos de jazz y músicas negras y uno de los pilares rítmicos de jams como la Acid Jam o la Gumbo Jam. La foto captura precisamente ese cruce: una voz de rap‑soul y un contrabajo de jazz encontrándose en el terreno común del groove compartido
04-0011 Cynthia León Crespo el 18 de febrero en la Acid Jam
La bajista ecuatoriana Cynthia León Crespo en la Acid Jam de El Intruso el 18 de febrero de 2025, sosteniendo el groove desde un Fender Jazz Bass “Sunburst” mientras la jam se despliega a su alrededor.
En la imagen aparece sentada, con chaqueta de cuero negra y medias oscuras, el bajo apoyado sobre la pierna y la mano izquierda firme en el mástil, en una postura relajada pero muy concentrada. El fondo de panel metálico y el telón rojo, habituales en El Intruso, se tiñen de tonos rosas y violáceos, reforzando el ambiente nocturno y eléctrico de la jam.
La Acid Jam es la jam de músicas negras del Intruso, donde soul, funk, jazz y boogaloo se mezclan en repertorios de alta energía con una banda base estable que durante mucho tiempo ha estado formada por Julio Martín (voz y teclados), Paolo Furio Marasso (contrabajo), Lucas de Mulder (guitarra) y Rodrigo Muñoz (batería)— a la que se suman invitados como Cynthia.
04-0012 Frank Santiuste. Ogun Afrobeat. Café Berlín.13 de Febrero de 2025.
El trompetista Frank Santiuste de Ogun Afrobeat baila en pleno concierto “Ariya Nights” en Café Berlín, el 13 de febrero de 2025, encarnando el espíritu de fiesta yoruba que el grupo propone en este ciclo.
En la imagen aparece en primer plano, de perfil, con los ojos cerrados y el torso ligeramente arqueado hacia atrás, como si se dejara llevar por un trance rítmico. Lleva una camisa de estampado africano en tonos rosados y un collar de cuentas oscuras, que refuerzan la conexión con la estética yoruba y el carácter ritual del baile.
Al fondo se distingue el gran luminoso de Café Berlín y, algo desenfocados, el batería, el bajista y el teclista, que mantienen el groove mientras Frank se mueve delante de ellos. La mezcla de luces rojas, violetas y verdes baña la escena y convierte el escenario en una pista compartida, coherente con la filosofía de las Ariya Nights: conciertos pensados para celebrar, bailar y vivir el afrobeat como una experiencia comunitaria.
Frank Santiuste
Frank Santiuste (La Habana, 1984) es un trompetista y compositor cubano afincado en Madrid, una de las voces más personales de la escena de jazz y músicas de raíz afro en la ciudad. Formado desde niño en la trompeta, se trasladó a España en 2007 y, desde entonces, ha desarrollado una trayectoria que se mueve con naturalidad entre el jazz contemporáneo, los ritmos afrocubanos, la diáspora yoruba y las fusiones más urbanas.
En Madrid se ha consolidado como pieza clave de Ogun Afrobeat, la banda liderada por Akin Dimeji Onasanya, donde su trompeta es una de las señas de identidad del sonido del grupo tanto en estudio como en directos como Los Conciertos de Radio 3 o las noches de Ariya Nights. Paralelamente, Santiuste impulsa su propio proyecto, Imulé, en formato sexteto y también como Imulé Electric Trio, un laboratorio donde mezcla grooves afrocubanos, exploración espiritual y una aproximación muy libre al jazz.
Además de su trabajo con Ogun Afrobeat y Imulé, Santiuste ha participado en proyectos muy diversos de la escena española, desde la electrónica y el pop experimental de Le Parody hasta propuestas como Warhero Beat o colaboraciones con guitarristas como El Twanguero. Esta versatilidad le ha llevado a aparecer en festivales, clubes y ciclos especializados, consolidando un perfil de músico inquieto, que entiende la trompeta como una herramienta para el cruce constante entre géneros, tradiciones y nuevas sonoridades
04-0013 Ogun Afrobeat en el Café Berlín. 13 de Febrero de 2025. Akin baila con una espectadora.
Akin Onasanya, líder de Ogun Afrobeat, invita a una espectadora a subir al escenario del Café Berlín y baila con ella durante su concierto “Ariya Nights” del 13 de febrero de 2025, convirtiendo la sala en una auténtica fiesta yoruba.
En la fotografía, Akin se inclina hacia la mujer con el micrófono en la mano, sonriendo y marcando el ritmo con el cuerpo, mientras ella le responde con el mismo gesto, acercándose desde la derecha del encuadre. Detrás se distingue la banda tocando y el luminoso logo de Café Berlín, bañados en tonos rojos y naranjas que refuerzan la sensación de calor escénico y noche de baile.
Ogun Afrobeat es una banda internacional liderada por el baterista y cantante nigeriano Akin Onasanya, que mezcla los ritmos del afrobeat y otros estilos de Nigeria con soul y funk norteamericano, cantando en yoruba y en inglés. “Ariya Nights” es el ciclo que el grupo desarrolla en Café Berlín, cuyo nombre alude a la palabra yoruba “ariya”, que significa fiesta, y que se plantea como una serie de conciertos pensados para no dejar de bailar.
La foto condensa bien esa idea: el escenario deja de ser frontera y se convierte en extensión de la pista, con Akin sacando a bailar a una espectadora para celebrar el carácter comunitario del afrobeat. Lo que podría haber sido solo un solo vocal se transforma en un diálogo físico con el público, símbolo de cómo estas noches en Café Berlín convierten la música en experiencia compartida.
Akin Onasanya
Akin Dimeji Onasanya es un baterista, percusionista, cantante y compositor nigeriano, nacido en Lagos y afincado desde hace años en Madrid, donde se ha convertido en una figura central de la escena afrobeat. Creció en un entorno profundamente espiritual y artístico, vinculado a la cultura yoruba y al universo de Ogun, el orisha del hierro que acabaría dando nombre a su proyecto más conocido: Ogun Afrobeat.
Desde muy joven empezó a tocar instrumentos tradicionales africanos y más tarde se especializó en la batería, desarrollando un estilo potente y muy rítmico, marcado por la influencia de Fela Kuti y la tradición afrobeat clásica. Tras su llegada a España, se consolidó como uno de los bateristas más solicitados de la escena de jazz, soul y funk madrileña, participando también en bandas como Cosmosoul, referencia del neo‑soul hecho en Madrid.
En Madrid funda Ogun Afrobeat, considerada la primera banda de afrobeat de raíz yoruba en España, con la intención declarada de mantener vivo el legado de Fela Kuti sin limitarse a reproducirlo, sino actualizándolo con funk, soul, jazz y un fuerte componente político y espiritual. Como líder, Akin se encarga de la batería y la voz, de buena parte de las composiciones y de la dirección musical de un colectivo internacional de músicos con el que ha publicado trabajos como “The Observer”, “Koko Iroyin” y “Unite”, y ha girado por festivales de toda Europa.
Su figura se ha consolidado no solo como la de un instrumentista virtuoso, sino como la de un maestro de la batería afrobeat en el contexto europeo, respetado por su capacidad para transformar cada concierto en una ceremonia colectiva donde se cruzan tradición yoruba, denuncia social y celebración.
04-0014 Mohamed (Gembri) y Chafif (Kora). Ogun Afrobeat. Café Berlín. 13 de Febrero de 2025
La imagen muestra un momento del concierto “Ariya Nights” de Ogun Afrobeat en el Café Berlín, el 13 de febrero de 2025, en el que la banda incorpora la sonoridad del gembri marroquí interpretado por Mohamed El Bouzidi y la kora de África occidental, que toca Chafif Badua, para rendir homenaje a las músicas gnawa y mandinga.
En primer plano, a la derecha, se ve a Mohamed El Bouzidi tocando el gembri (también llamado guembri o sintir), laúd de tres cuerdas propio de la tradición gnawa, tallado en madera y forrado de piel, que sostiene con una correa mientras canta al micrófono, vestido con túnica negra y bordados florales de colores y un pañuelo rojo en la cabeza. A la izquierda aparece otro invitado con una kora —arpa‑laúd de 21 cuerdas— sujeta por el gran resonador de calabaza decorado con tachuelas metálicas y la palabra “KOUTE” pintada, reforzando la idea de una noche especial dedicada a los cruces entre África occidental y el afrobeat de Lagos.
Detrás de ellos se reconoce el luminoso del Café Berlín y, desenfocados, el resto de la banda de Ogun Afrobeat, que mantiene la base rítmica sobre la que dialogan gembri y kora. Ogun Afrobeat, liderada por el baterista y cantante nigeriano Akin Onasanya, se caracteriza por mezclar los ritmos del afrobeat y otros estilos de Nigeria con soul y funk, y en las Ariya Nights añade versiones y colaboraciones especiales con músicos africanos de distintas tradiciones, como la gnawa o la mandinga, para construir una auténtica fiesta yoruba y panafricana en el escenario.
04-0015 Virginia Alves y Yael Levi en la The JoyFul Jam. Sala Barco. 5 de enero de 2025.
Virginia Alves y Yael Levi comparten escenario en The Joyful Jam de la Sala Barco, el 5 de enero de 2025, simbolizando el cruce entre dos voces emergentes del soul y el jazz madrileño
En la imagen en blanco y negro, ambas cantantes con un micrófono en la mano. Yael, a la izquierda, viste un top palabra de honor y luce una presencia serena, mientras Virginia, a la derecha, se muestra más explosiva en gestos y estilismo, con mangas de pelo y un look urbano que subraya su energía sobre el escenario. El encuadre cerrado y el fondo oscuro sitúan toda la atención en sus manos, sus micrófonos y la textura de la luz sobre la piel y la ropa, reforzando la sensación de intimidad propia de las pequeñas salas de club.
Virginia Alves es una vocalista madrileña de raíces afro‑lusófonas, formada en Berklee y habitual de los clubes de jazz y soul de la ciudad. Yael Levi es una cantante joven que ha ganado proyección tras su paso por La Voz en 2024, destacando por una voz potente, flexible y muy orientada al soul y al R&B contemporáneo
04-0016 Carolina Gemmell. Ocelot Jam. El Intruso. 22 de diciembre de 2024
Carolina Gemmell cantando en primer plano en la Ocelot Jam de El Intruso el jueves 22 de diciembre de 2024.
En la foto se ve un primer plano de la cantante, recortada contra el fondo luminoso del escenario, con el micrófono a la izquierda y el rostro fuera de foco, dejando el protagonismo a su melena rizada y al juego de luces rojas y azules que bañan la escena. La blusa semitransparente y el collar metálico destacan en el encuadre, mientras el rótulo desenfocado del local insinúa el ambiente eléctrico de la sala.
Carolina Gemmell es cantante y compositora vinculada a la escena de jazz, soul y neo-soul europea, con proyectos y colaboraciones en diversos formatos de concierto íntimo. La imagen se tomó durante la Ocelot Jam en El Intruso Bar, en Madrid, una jam semanal que reúne a vocalistas e instrumentistas de soul, R&B y músicas afines, abierta a la improvisación y a la participación de distintos músicos de la escena local. Celebrada el 22 de diciembre de 2024, esta sesión fue la penúltima del año con un clima festivo y cálido, consolidando a El Intruso como uno de los espacios de referencia para las jam sessions de música negra en la ciudad.
MARÍA
04-0017 María García Carrero cantando en Big Tree Books. 19 de diciembre de 2024
04-0017. María García Carrero (María Honolulu) cantando en Big Tree Books (Lavapiés, Madrid), de donde es también la promotora y programadora, el 19 de diciembre de 2024 en una velada íntima donde los libros se convierten en escenario para una voz que mezcla el jazz, la música de raíz y la sensibilidad literaria y las artes en general.
La imagen muestra a María en primer plano, inclinada hacia el micrófono, con el cuerpo ligeramente adelantado y el gesto concentrado, como si estuviera rematando una frase especialmente delicada. La luz cálida recorta su figura sobre un fondo de estanterías y paredes del local, que aparece desenfocado, de modo que la textura de la ropa, el brillo de la piel y la curva del micro se convierten en los verdaderos protagonistas visuales, reforzando la sensación de concierto íntimo
04-0018 La flautista María García Carrero en Big Tree Books. 19 de diciembre de 2024.
La extremeña María Honolulu (María García Carrero), flautista y cantante de la escena alternativa madrileña, posa con su flauta en Big Tree Books (Lavapiés, Madrid), durante el concierto íntimo celebrado el 19 de diciembre de 2024
La fotografía muestra a María en plano medio, vestida con un vestido rojo ajustado, sosteniendo la flauta travesera con ambas manos, justo delante de las estanterías llenas de libros de Big Tree Books. La luz cálida del neón y del interior de la librería dibuja contornos dorados sobre su piel y el metal del instrumento, mientras los detalles de los tatuajes y los anillos enfatizan una estética cuidada y personal, a medio camino entre el club de jazz y el arte performativo
04-0019 María Zerpa. Ocelot Jam .El Intruso. 19 de diciembre de 2024.
María Zerpa en plena actuación durante la Ocelot Jam en la sala El Intruso (Madrid), el 19 de diciembre de 2024, capturada en un gesto de improvisación y entrega total al micrófono.
La imagen muestra a María Zerpa en plano medio, vestida con una camiseta roja, con el brazo izquierdo elevado y la mano dibujando una curva en el aire mientras con la derecha sostiene el micrófono muy cerca de la boca. La iluminación morada y rojiza de El Intruso tiñe su piel y su ropa, recortando su figura sobre el fondo metálico del escenario y el neón con el nombre del local, que aparece desenfocado pero reconocible. El gesto de la cantante, con los ojos fuera de cuadro y los in ears colgando sobre el pecho, transmite la sensación de estar completamente sumergida en el groove del tema, como si el movimiento del brazo formara parte del fraseo vocal.
María Zerpa forma parte de la nueva generación de vocalistas que se mueven entre el soul, el R&B y el jazz en la escena madrileña, participando habitualmente en jams y proyectos colectivos donde la improvisación y la interacción con la banda son fundamentales.
La Ocelot Jam es una jam semanal de los jueves en la sala El Intruso, centrada en repertorios que van del neo‑soul al funk y el jazz moderno, con una banda base estable y un flujo constante de invitados a la voz y a los instrumentos. El Intruso, entre Chueca y Malasaña, es uno de los clubes de referencia para este tipo de propuestas en Madrid: un espacio pequeño, de luces intensas y sonido cercano, donde el público se sitúa a pocos metros del escenario y cada solo o cambio de tema se vive como un diálogo directo entre músicos y asistentes
04-0020 Alejandra Lopez. Ocelot Jam. El Intruso. Diecinueve de diciembre de 2024.
Alejandra López, bajista de la nueva escena soul‑funk madrileña, en plena Ocelot Jam de la sala El Intruso (Madrid), el 19 de diciembre de 2024, sosteniendo el groove desde un rincón del escenario.
La imagen muestra a Alejandra sentada, con un bajo rojo apoyado sobre la pierna, mientras la mano izquierda se desplaza por el mástil y la derecha descansa preparada sobre las cuerdas. El fondo metálico de la pared y la cortina roja de El Intruso envuelven la escena en tonos rosados y magenta, que se reflejan en el cuerpo brillante del bajo. El encuadre, centrado en el instrumento y en sus manos, subraya el papel discreto pero esencial de la línea de bajo en la jam, mientras a la derecha apenas se intuye la guitarra de otro músico, completando la sensación de banda en plena conversación musical.
Alejandra López representa a una generación de instrumentistas jóvenes que se han formado entre escuelas de música moderna y jams de club, moviéndose con soltura entre el funk, el neo‑soul y el R&B
04-0021 Ocelot Jam. El Intruso.3 de octubre de 2024
Vocalista invitada en plena actuación durante la Ocelot Jam de la sala El Intruso (Madrid), el 3 de octubre de 2024, capturada en un momento de máxima concentración y cercanía con el público.
La imagen muestra a la cantante en primer plano, con un top claro y el pelo largo y rizado cayendo sobre los hombros, sujetando el micrófono con una mano mientras la otra descansa extendida hacia el público. El neón de “Intruso” en el fondo y las luces rosadas y anaranjadas del techo bañan la escena en tonos cálidos, creando un contraste entre la figura de la vocalista y el fondo metálico de la sala. Detrás se adivina el baterista ligeramente desenfocado, lo que refuerza la sensación de estar ante un instante robado de una jam donde la voz, el gesto y la atmósfera del club pesan tanto como la propia canción.
04-0022 Nadia en la Ocelot Jam del 26 de septiembre de 2024
Nadia Trobisch en la Ocelot Jam del 26 de septiembre de 2024, captada en primer plano en El Intruso (Madrid), envuelta en luz violeta mientras sostiene el micrófono con una mezcla de fuerza y delicadeza.
La imagen encuadra a Nadia de frente, en plano medio, con el pelo largo y claro cayendo sobre los hombros y un top de tirantes que deja ver brazos y manos aferradas al micrófono. La iluminación magenta típica de El Intruso tiñe su cabello y su piel, creando un halo casi fluorescente que contrasta con el fondo oscuro y el neón desenfocado del local. El gesto concentrado de las manos, una sujetando el micro y la otra cerrada en un puño suave, sugiere un momento de máxima intensidad vocal, como si estuviera preparando un agudo o rematando una frase importante.
Nadia Trobisch es una cantante, compositora y profesora de canto austro‑andaluza afincada en Madrid, cuya música se mueve entre el jazz, el neo‑soul y el folclore latinoamericano. Su identidad híbrida atraviesa letras y sonoridades, donde conviven armonías del jazz moderno, grooves de soul y guiños a músicas de raíz en castellano.
Al frente de su proyecto Nadia Trobisch Quartet ha estado presente en el ciclo “Jazz con sabor a club” del Festival Internacional JAZZMADRID 2025 desde la sala Fulanita de Tal. En grabaciones como su sesión para BBR Sessions y en temas compartidos en SoundCloud o YouTube, se la presenta como una autora que escribe sobre experiencias propias y emociones universales, apoyada en una voz cálida y flexible. En paralelo, desarrolla su labor docente como profesora de técnica vocal y música moderna, combinando formación académica con su experiencia en escenarios y jams.
04-0023 Paolo y Lucas en la Acid Jam. El Intruso. 24 de septiembre de 2024.
Paolo Furio y Lucas de Mulder en plena Acid Jam de la sala El Intruso (Madrid), el 24 de septiembre de 2024, dialogando bajo y guitarra.
La imagen muestra a Paolo Furio a la izquierda, con bajo eléctrico y gorra, y a Lucas de Mulder a la derecha con una guitarra tipo Les Paul, ambos muy próximos a sus micrófonos y al borde del escenario. El rojo dominante de las luces de El Intruso baña a los dos músicos, mientras el fondo de paredes metálicas y estructuras del local queda ligeramente desenfocado, acentuando la sensación de calor y saturación propia de una jam. La postura inclinada de Paolo, concentrado sobre el mástil, y el gesto de Lucas tocando mientras se acerca al micro, sugieren un momento de improvisación compartida, donde bajo y guitarra se contestan frase a frase.
Paolo Furio es un bajista muy activo en la escena madrileña de jazz y soul . Su sonido se caracteriza por líneas sólidas y un toque muy presente, ideal para formatos abiertos como la Acid Jam. Lucas de Mulder, por su parte, es un guitarrista conocido por su trabajo en clave soul‑jazz y funk, con una trayectoria que combina proyectos propios, sesiones de estudio y colaboraciones en clubes.
La Acid Jam de El Intruso es una sesión orientada a los cruces entre funk, psicodelia, jazz y beats urbanos, con una banda base potente y un flujo constante de invitados a los instrumentos y a la voz.
04-0024 Génesis y Virginia. Ocelot Jam . El Intruso. Jueves 29 de agosto de 2024
Génesis de Jesús y Virginia Alves cantando a dúo durante el transcurso de una Ocelot Jam en la sala El Intruso (Madrid), el jueves 29 de agosto de 2024
La foto muestra a Génesis de Jesús y Virginia muy cerca uno del otro; él, vestido de negro, mira hacia el público mientras ella se inclina hacia su oído con el micrófono aún en la mano. El neón desenfocado del club y las luces rosas y azules del techo envuelven sus siluetas, creando una atmósfera nocturna y cálida que subraya la sensación de secreto compartido y de escena capturada al vuelo, entre tema y tema.
Virginia Alves es una cantante afro‑hispana nacida en Madrid, con raíces angoleñas, graduada con beca completa en Berklee College of Music (Boston) en 2017, donde se especializó en canto, composición y arreglos. Su proyecto artístico cruza jazz, soul, fado y músicas de raíz lusófona, y la ha llevado tanto a programas de televisión como Cover Night o Tierra de Talento como a clubes y festivales de jazz y músicas del mundo.
Génesis de Jesús es un cantante madrileño de ascendencia dominicana que empezó a cantar en la Iglesia Evangélica y en coros góspel desde niño, y que se dio a conocer al gran público como finalista de La Voz 2022, donde destacó por su timbre cálido y su dominio de baladas soul como “A Song for You” o “Gravity”. En la actualidad combina su faceta solista con su papel como vocalista de AfroJam Madrid y otras formaciones de groove, R&B y góspel, participando también en festivales como Gospel Canarias Fest, donde se le presenta como una de las voces emergentes más sólidas del soul en español.
04-0025 Simbiat Ebhohon. Ocelot Jam, El Intruso. 29 de agosto de 2024
Simbiat Ebhohon sostiene el pulso de la noche desde su bajo eléctrico en El Intruso (Madrid), el 29 de agosto de 2024. En pleno contexto de jam, su groove convierte el pequeño escenario en un cruce de funk, soul y jazz, mientras la luz magenta recorta su figura contra la cortina roja del club, subrayando la presencia de una nueva generación de bajistas.
La imagen muestra a Simbiat en plano medio, con un bajo de madera oscura apoyado sobre la cadera y las manos firmes sobre cuerdas y mástil, captada en pleno movimiento. El fondo combina la rejilla metálica de la pared con la cortina roja de El Intruso, bañados en luces rosas y violetas que resaltan su silueta y el volumen de su pelo. La ausencia de rostro nítido desplaza toda la atención a la postura, las manos y el instrumento, transmitiendo la idea de que el verdadero centro de la escena es el groove que sostiene la jam.
Simbiat Ebhohon es una bajista y beatmaker hispano‑nigeriana afincada en Barcelona, cuyo sonido se mueve entre el funk, el hip hop, el neo‑soul y las músicas afro. Activa tanto en escenario como en estudio, combina líneas de bajo profundas y melódicas con bases producidas por ella misma, lo que la sitúa en una nueva generación de instrumentistas que entienden el bajo también como herramienta de creación electrónica.
Está reconocida como la primera bajista afro que representa oficialmente a Ibañez Guitars en España, protagonizando campañas y vídeos de la marca con modelos como el BTB705LM. Ha participado en proyectos y festivales ligados al soul, al funk y al jazz europeo –incluyendo iniciativas como EU Jazz Women y colaboraciones con artistas internacionales–, consolidándose como una de las bajistas más singulares del groove actual en el ámbito estatal.
04-0026 Lucia Gregorio. Acid Jam. El Intruso. 2 de julio de 2024.
Lucía Gregorio canta en la Acid Jam de El Intruso (Madrid), el 2 de julio de 2024. La vocalista, una de las voces jóvenes más prometedoras del jazz madrileño, transforma la noche en un momento mágico, mientras el neón del club y las luces azules y rosadas envuelven su silueta en pleno fraseo.
La imagen muestra a Lucía en primer plano, vestida con un top blanco de tirantes, micrófono en mano y la melena rizada cayendo sobre un hombro. El neón de “Intruso” se adivina desenfocado al fondo, creando un halo rojo que contrasta con los tonos fríos que bañan su piel. El gesto de la mano libre, a medio camino entre dirigir a la banda y subrayar una palabra, refuerza la sensación de estar ante un momento de improvisación en el que la cantante escucha, marca entradas y se deja arrastrar por el groove de la jam.
Lucía Gregorio es una cantante española de raíces argentinas, considerada una de las voces jóvenes más prometedoras del jazz madrileño. Embajadora y becada por la Fundación Cultural Latin GRAMMY desde 2024, ha recibido en dos ocasiones las Latin GRAMMY Scholarships para profundizar en su formación, lo que la sitúa en un circuito internacional entre Madrid y Nueva York.
Su proyecto se mueve entre el jazz, los boleros, la bossa nova y la música latina, al frente de su propio cuarteto/quinteto como con el Lucía Gregorio Cuban Trio, junto a los músicos cubanos Adrián Estévez e Israel Figueredo. Ha actuado en clubes como Café Berlín, El Intruso o Café Central y en diversos festivales, donde destaca por una voz descrita como aterciopelada, sensual y potente, influida por artistas como Ella Fitzgerald, Caetano Veloso, Omara Portuondo o Stevie Wonder.
04-0027 Antonio Pax con Beat Bronco en El Intruso. 26 de junio de 2024.
Antonio Pax, batería de Beat Bronco, en El Intruso (Madrid), el 26 de junio de 2024. La fotografía lo captura en un gesto casi juguetón, ocultando parte del rostro tras la baqueta mientras sostiene el pulso de un directo de organ hammond funk crudo y bailable que convierte el club en una pequeña máquina de groove.
La imagen muestra a Antonio Pax en plano medio, sentado tras la batería, con camisa de rayas abierta y el pelo rizado bañado por luces azules y violetas. Sostiene una baqueta vertical junto a la cara, como si se escondiera tras ella o marcara el compás frente a la cámara. El fondo metálico característico de El Intruso refuerza la textura urbana de la escena, mientras el encuadre centrado en torso y manos hace que casi se escuche el golpe del siguiente redoble.
Beat Bronco Organ Trio es una banda madrileña de soul‑funk instrumental formada por Gabriel Casanova (órgano), Lucas de Mulder (guitarra) y Antonio Pax (batería), con discos editados por Rocafort Records y una fuerte presencia en la escena internacional del deep funk. Su sonido mezcla influencias de Booker T. & The M.G.’s, los grooves de los sesenta y setenta y una energía muy de directo, que se apoya en el toque preciso y contundente de Pax a la batería.
Antonio Álvarez Bordoy, conocido artísticamente como Antonio Pax, es uno de los bateristas más sólidos de la escena del groove, el soul‑jazz y el funk en España, con un sonido muy marcado por los timbres vintage y el pulso profundo. Comenzó a formarse en Madrid desde la adolescencia, estudiando percusión clásica en el conservatorio y completando su educación en escuelas de música moderna orientadas al jazz, hasta convertirse en un baterista muy solicitado en clubes y festivales dentro y fuera del país.
A lo largo de su trayectoria ha pasado por bandas clave como La Vacazul, Los Reyes del K.O., Speak Low, Amparanoia o Beat Bronco Organ Trio, además de colaborar con artistas nacionales e internacionales como Chip Wickham, Irma Thomas o Bob Margolin. Ha desarrollado también una etapa importante en Katmandú, donde cofundó el Kathmandu Jazz Conservatory y puso en marcha proyectos como Pax Armada, y en la actualidad reparte su actividad entre Europa y Estados Unidos, manteniendo una agenda activa de conciertos y grabaciones.
04-0028 Pablo Sanpa con Beat Bronco en El Intruso. 26 de junio de 2024.
Pablo Sanpa con Beat Bronco en El Intruso (Madrid), el 26 de junio de 2024. El guitarrista, con una Gibson semihueca roja y camisa negra ribeteada, estira su solo cargado mientras el escenario se tiñe de luces magenta y naranjas, rodeado de amplis y altavoces que subrayan el carácter crudo y funk de la noche.
En primer plano aparece Pablo Sanpa tocando una guitarra Gibson semihueca roja, inclinado hacia el mástil y con la mano derecha suspendida en pleno ataque de púa, gesto que sugiere un solo o un riff intenso. Lleva una camisa negra con vivos rojos que dialoga cromáticamente con la guitarra y con las luces magenta del fondo, mientras detrás se adivinan columnas, altavoces y amplificadores que cierran el encuadre y refuerzan la sensación de club pequeño, saturado de sonido.
Pablo Sanpa es un guitarrista y cantante madrileño considerado uno de los grandes nombres del blues y el soul en España, con una trayectoria sólida tanto en clubes como en festivales. Su sonido parte del blues clásico pero se extiende al soul‑jazz, el swing, el rock y el new soul, lo que le ha permitido trabajar como solista, al frente de sus propios proyectos y como sideman muy solicitado.
A lo largo de su carrera ha acompañado en directo y en estudio a numerosas figuras nacionales e internacionales, desde Lou Marini o Gene Taylor hasta bandas y artistas del ámbito estatal como Julián Maeso, Red Houseo o Aurora García, además de sus colaboraciones en formatos diversos y proyectos propio. Esta versatilidad lo ha consolidado como una referencia de la guitarra de música negra hecha en Madrid, habitual en escenarios y ciclos dedicados al blues y al funk.
04-0029 La artista de burlesque Jarísima Cariño en El Hangar. Junio de 2024
Jarísima Cariño en El Hangar (Madrid), durante una noche de Cabareteras Rockeras en junio de 2024. La artista de burlesque, coronada por un tocado verde de plumas y brillos, se detiene un segundo bajo los focos magenta, convirtiendo el escenario en un cruce de club rock, cabaret y fantasía
La imagen muestra a Jarísima Cariño en tres cuartos, girada hacia la derecha, con un sujetador de pedrería y un espectacular tocado verde con plumas y motivos de pavo real que se abre como un abanico sobre su cabeza. El encuadre está dominado por los tonos rosas y violetas de los focos, que recortan su silueta sobre el tubo metálico del techo y el cartel luminoso de El Hangar, reforzando la estética escénica entre cabaret contemporáneo y show de club.29.jpg
Jarísima Cariño forma parte de la escena de burlesque y cabaret alternativo de Madrid, donde combina elementos clásicos del striptease teatral con una puesta en escena muy visual, llena de humor, glamour y referencias pop. En las noches de Cabareteras Rockeras comparte escenario con otras performers, músicos y maestras de ceremonias que mezclan versiones rock, números de burlesque y pequeñas piezas teatrales, creando un formato híbrido entre concierto y varieté.madridenvivo
El Hangar 48 es un local de música en vivo y espectáculos situado en Madrid, conocido por su excelente programación de directos y por sesiones de clubbing y electrónica.
04-0030 Simona en la Casa Encendida. 7 de julio de 2023
Simona en concierto en la Terraza Magnética de La Casa Encendida (Madrid), el 7 de julio de 2023, dentro del ciclo veraniego “¡Alucina, vecina!”. La cantante y productora argentina despliega su pop híbrido de electrónica suave, bossa y atmósferas lounge sobre la azotea, mientras anochece sobre los tejados de Lavapiés y el público escucha bailando animadamente.
Simona aparece en primer plano sobre el escenario de la Terraza Magnética, recortada contra el cielo nocturno y las luces de color que bañan la azotea de La Casa Encendida. Su figura, iluminada en tonos rosados y violetas, transmite concentración y calma mientras canta, con el equipo técnico y alguna silueta del público desenfocados al fondo, sugiriendo el ambiente íntimo, veraniego y urbano del concierto sobre los tejados de Lavapiés
Simona es una cantante, compositora y productora argentina afincada en Barcelona, cuya música mezcla pop, bossa nova, electrónica y sonoridades de club en un collage muy personal. Su primer single, Bali (2019), y el EP Mimo la situaron rápidamente en el foco de la escena emergente, hasta llegar a su álbum debut Esfera de amor (2023), donde explora temas como el deseo, la vulnerabilidad, el placer y el amor propio desde una mirada feminista y queer.
La Terraza Magnética es el programa de verano de La Casa Encendida que convierte su azotea en un pequeño jardín elevado entre Lavapiés y Arganzuela, con vistas a los tejados y una mezcla de cine y conciertos al aire libre para las tardes‑noche de julio y agosto. Bajo el lema “cine y música en el cielo de Madrid”, propone sesiones de música los viernes y proyecciones los sábados, en un formato que convierte la terraza en un oasis urbano donde el público comparte atardecer, brisa y cultura en pleno centro
La edición de 2023 se articuló bajo el título “¡Alucina, vecina!”, definida por La Casa Encendida como un “himno a las subculturas, a los sonidos y voces de las periferias, y a la música y el cine como motores de comunidad”. El ciclo reunió ocho conciertos y un programa de cine que rendía homenaje a barrios, escenas marginales y narrativas excéntricas, invitando a artistas que mezclan tradición, electrónica y experimentación, y a películas que revisan la periferia con humor, crítica social y mucha imaginación.
04-0031 Amparo Malo en El Hangar. Junio de 2024.
Amparo Malo en Hangar 48 (calle Bailén, Madrid), el domingo 23 de junio de 2024, dentro del show “Ritual” de Mammy Blue. La cantante gallega, “La Flamenca Gallega”, rinde homenaje a Chavela Vargas en un escenario mínimo y muy cercano, donde cada gesto y cada verso resuenan como una confesión compartida con el público
En la fotografía, Amparo Malo aparece en primer plano sobre el escenario de Hangar 48, bañada por las luces cálidas del local y recortada contra el fondo oscuro de la sala. Su postura, el gesto del rostro y el micrófono entre las manos transmiten una intensidad contenida, propia de los boleros y rancheras de Chavela, mientras alrededor se intuye la cercanía del público y la atmósfera de club pequeño donde cada respiración se oye casi tanto como la canción.
El concierto tiene lugar dentro de “Ritual”, espectáculo ideado y conducido por Mammy Blue en el que se entrelazan música en directo, cabaret y performance. En este marco, la noche se articula como una ceremonia emocional: Mammy Blue actúa como maestra de ceremonias y da paso a distintas artistas invitadas, entre ellas Amparo Malo, que aporta un bloque dedicado a las canciones eternas de Chavela Vargas en clave íntima y personal.
Amparo Malo es actriz y cantante gallega afincada en Madrid, que se presenta como “La Flamenca Gallega” y se mueve entre la canción de autora, el bolero, los ritmos latinoamericanos y ciertos acentos flamencos. En los últimos años ha desarrollado un proyecto muy personal de conciertos íntimos en formato trío, donde la voz y el relato escénico ocupan el centro, alternando espacios como cafés, salas pequeñas y ciclos de proximidad.
Una de sus líneas más reconocibles son los homenajes a Chavela Vargas, reunidos en propuestas como “Chavela en el alma” o “Amparo Malo Trío le canta a Chavela”, que ha presentado en lugares como Big Tree Books o el Café Libertad 8. En estos conciertos revisita clásicos como “Piensa en mí”, “Angelitos negros” o “No soy de aquí, no soy de allá” desde una sensibilidad propia, buscando “cantar como lo haría Chavela” pero filtrado por su timbre, su acento y una puesta en escena a corazón abierto.
04-0032 Bailando tarantela en Espacio Ronda. Atarantada. Viernes 19 de julio de 2024.
Marta Grazia y Cassandra Hamon con Terra Taranta bailan tarantela en Espacio Ronda (Madrid), el viernes 19 de julio de 2024, dentro del espectáculo «Atarantada». Dos cuerpos vestidos de rojo, descalzos, se inclinan uno hacia el otro mientras el tamburello y el violín sostienen el pulso hipnótico del sur de Italia
En la fotografía, las bailarinas Marta y Cassandra, ocupan el primer plano, ambas con largos vestidos rojos y descalzas, inclinadas hacia delante en un gesto de diálogo corporal intenso, con los brazos extendidos y las manos abiertas, como si se invocaran mutuamente en mitad de la danza. Al fondo, ligeramente desenfocados, se ven los músicos de Terra Taranta: Gianluca Carta con tamburello y micrófono, Filippo Miorín sentadom todos sobre el escenario de madera cálida de Espacio Ronda, con un panel decorado al fondo que refuerza la sensación de espacio íntimo y ceremonial.
Terra Taranta es un grupo de músicos y bailarines italianos afincados en Madrid que recupera los sonidos y bailes ancestrales del sur de Italia, especialmente la tarantela y la pizzica del Salento. La formación está integrada por Cassandra Hamon (voz y organetto), Patricia Monje (violín), Filippo Miorín (bajo), Gianluca Carta (voz y tamburello) y la bailarina Marta Grazia, que aporta la dimensión coreográfica y ritual del espectáculo.
Su propuesta escénica, «Atarantada», presentada en Espacio Ronda el 19 de julio de 2024, se plantea como un viaje al mundo místico de la tarantella: ritmos frenéticos, cantes ancestrales y bailes hipnóticos que traen historias de antiguos rituales de sanación vinculados a la picadura de la tarántula y a prácticas campesinas del Mediterráneo. El espectáculo invita al público a participar, convirtiendo el concierto en una experiencia colectiva de trance, música y danza compartida
Espacio Ronda es un centro cultural y espiritual situado junto a la Puerta de Toledo, en pleno centro de Madrid, conocido por su programación de músicas del mundo, danza, pensamiento y prácticas de bienestar. La sala acoge regularmente propuestas que cruzan tradición, espiritualidad y experimentación artística, convirtiéndose en punto de encuentro entre culturas y disciplinas donde conciertos como el de Terra Taranta funcionan tanto como espectáculo escénico como experiencia ritual y comunitaria.
04-0033 Sonia Franco en Flamenco en el Backstage el 9 de febrero de 2024
La foto muestra a la bailaora Sonia Franco en pleno giro durante una sesión de Flamenco en el Backstage, el 9 de febrero de 2024, ante un público muy próximo que la rodea en formato casi de sala de ensayo.
Sonia aparece en el centro del encuadre, captada en mitad de un giro rápido: el cabello se desplaza en horizontal y la falda granate brillante se abre en un amplio círculo que ocupa casi toda la parte inferior de la foto. Viste cuerpo negro de encaje sin mangas y zapatos de tacón flamenco, y la luz frontal recorta su silueta sobre un fondo neutro de sillas y espectadores, enfatizando la fuerza del movimiento y la elegancia de la postura.
El público se sienta muy cerca, en sillas dispuestas alrededor del pequeño tablao, algunos con las piernas cruzadas y la mirada fija en la bailaora, subrayando la intimidad característica de este ciclo. El suelo de baldosa y el pequeño escenario elevando apenas unos centímetros refuerzan la sensación de estar en un espacio híbrido entre escuela y sala alternativa, más cercano a un laboratorio flamenco que a un tablao clásico.
Flamenco en el Backstage
Flamenco en el Backstage es un formato ideado por el pianista granadino Pablo Rubén Maldonado, que propone vivir el flamenco muy cerca de los artistas, con explicación del repertorio y diálogo con el público. La sesión del 9 de febrero de 2024 tuvo lugar en el Centro Mándala, en la calle de la Cabeza (Lavapiés, Madrid), con Pablo Rubén Maldonado al piano, Enrique Piculabe al cante y Sonia Franco al baile.
En estas veladas se alternan piezas instrumentales, cante y baile, creando un ambiente de “camerino abierto” en el que se muestran tanto la interpretación como el proceso creativo. La fotografía recoge precisamente ese espíritu: un momento de clímax del baile en el que Sonia, rodeada por un público casi a su misma altura, convierte el espacio en un escenario lleno de energía y presencia.
Sonia Franco
Sonia Franco Gutiérrez, conocida también como Sonia Libre, es bailarina, bailaora, coreógrafa y actriz madrileña, con una trayectoria internacional que incluye giras con la compañía de Sara Baras en el espectáculo “Sombras” y colaboraciones con el pianista Pablo Rubén Maldonado. Ha presentado piezas propias como “Ser.Rana”, premiada en el Certamen Coreográfico de Danza Española y Flamenco de Madrid, y trabaja como coreógrafa en proyectos de teatro y danza contemporánea, además de impartir formación en diferentes centros.
Comunidad y creación: Doce años de Happening
05-000 Sandra Carrasco en Clamores el 24 de septiembre de 2016
Happening Madrid no solo documenta la escena cultural de Madrid, sino que interviene con experiencias integrales (conciertos singulares, rutas, photowalks). Su cámara es una forma de pertenencia que sostiene un relato alternativo frente a la mercantilización. La portada es un concierto artesanal de Sandra Carrasco y José María Cortina en Clamores (2016), emblema de un hacer cultural basado en el afecto, la proximidad y la defensa de la música en directo como generadora de comunidad.
En paralelo a este devenir de la ciudad, Happening Madrid no se limita a documentar lo que ocurre: interviene, propone y acompaña. Conciertos en lugares singulares fuera de los circuitos comerciales, rutas de tapas, photowalks, sesiones de DJ, experiencias nocturnas a la luz de la luna, paseos por parques y excursiones a la sierra conforman un ecosistema de prácticas que desbordan la idea clásica de “evento” y apuestan por la experiencia integral.
La exposición reúne esta dimensión comunitaria mostrando cómo, durante más de una década, la cámara ha sido también una forma de pertenencia: mirar es estar dentro, formar parte de una red de afectos, músicos, locales, lectores, vecinos y curiosos que han sostenido, entre todos, un relato alternativo de Madrid. Así, Happening Photo 25 se presenta como archivo vivo de una ciudad que ha aprendido a reinventarse entre crisis, apagones y mutaciones, encontrando en la música en directo, en los garitos y en las experiencias compartidas una forma de defender su alma cultural frente a la mercantilización y el olvido.
La foto elegida para contextualizar esta dimensión es la de la maravillosa cantante y gran amiga Sandra Carrasco, en un concierto que produjimos desde Happening Madrid en la Sala Clamores junto al consagrado pianista de jazz y flamenco José María Cortina. Este concierto, celebrado el sábado 24 de septiembre de 2016, funciona como un emblema perfecto de ese modo de hacer: cercano, artesanal, intenso, sostenido por vínculos personales y por un respeto profundo hacia la música y quienes la encarnan.
La imagen capta un instante de concentración luminosa: la voz de Sandra, suspendida en el aire, y el acompañamiento preciso y delicado de Cortina, enmarcados por el neón de Clamores, un espacio mítico del Madrid en directo. No es solo un documento de un concierto; es un recordatorio de cómo las salas medianas —aquellas donde la proximidad entre artistas y público todavía es palpable— se convierten en templos laicos de los que lejos de los festivales masivos y del ruido digital, apuestan por la escucha atenta y el encuentro real.
Hay algo profundamente significativo en que este concierto, producido desde una comunidad que ha aprendido a tejer redes más allá de lo institucional, tenga un lugar central en la exposición. En él convergen varias capas de sentido: la memoria de una sala histórica, la complicidad artística entre dos músicos excepcionales, y la voluntad de Happening Madrid de no limitarse a observar, sino de implicarse, convocar, cuidar y sostener momentos que, sin esa intervención, quizá no habrían ocurrido. La fotografía encarna precisamente ese gesto: un hacer cultural que no responde a la lógica del espectáculo, sino a la del afecto, la dedicación y la construcción de experiencias compartidas.
En su quietud, la imagen condensa una forma de resistencia suave pero persistente: la música como acto de presencia, como construcción de comunidad, como manera de habitar la ciudad en profundidad. Frente a la aceleración que marca la época actual con la homogeneización de la oferta cultural como producto, este concierto —y la foto que lo recuerda— reivindica el valor de lo auténtico, lo íntimo y lo verdadero. Es la prueba de que la vida cultural madrileña no se sostiene solo en grandes infraestructuras, sino en quienes, como Sandra, Cortina, las salas como Clamores y las redes como Happening Madrid, siguen apostando por la emoción en directo y por la capacidad de la música para generar sentido.
En todos estos proyectos —alternativos como los de Madreams Music, artísticos y castizos como los de la Escuela de Flamenco Amor de Dios, innovadores y mestizos como las colaboraciones con el desaparecido Liberarte Cantina Cultural, o naturales y sorprendentes como nuestros conciertos al aire libre en lugares poco habituales— Happening Madrid ha tejido una constelación de espacios, afectos y momentos que han dado forma a una manera distinta de vivir la música, la cultura y la ciudad. Una forma que encuentra su eco natural en Big Tree Books, el lugar que acoge esta exposición: librería musical, espacio multicultural y punto de referencia donde celebramos nuestro cine-debate semanal y diversas sesiones recurrentes. Big Tree Books se ha consolidado como un faro cultural del barrio de Embajadores, entre Lavapiés y El Rastro; un lugar hermoso, como su dueña María, rebosante de magia y elegancia, que invita a compartir, descubrir y amar la música y la cultura que laten en el corazón de esta villa.
05-001 El chelista Stéphane Genay en El Retiro. 24 de Mayo de 2024
La imagen muestra al chelista francés Stéphane Genay ofreciendo un concierto al aire libre en el parque de El Retiro, en Madrid, el 24 de mayo de 2024, durante una actividad organizada por Happening Madrid junto al monumento a los Hermanos Álvarez Quintero. En este concierto Stéphane versionó grandes éxitos del pop y el rock
La fotografía está tomada en uno de los rincones frondosos de El Retiro, con un fondo de verde intenso que envuelve al músico y filtra una luz suave. Genay aparece sentado, ligeramente girado hacia la derecha, concentrado en el instrumento: la mano izquierda se posa en el diapasón mientras la derecha traza el arco, transmitiendo una sensación de calma y recogimiento
El protagonista toca un violonchelo eléctrico de líneas estilizadas y cuerpo abierto, en tonos rojizos y negros, que contrasta con la camisa clara de rayas verticales y el entorno natural, subrayando el diálogo entre tradición clásica y lenguaje contemporáneo.
Stéphane Genay es un violonchelista francés afincado en Madrid, diplomado por el Conservatoire Supérieur de Musique de Lyon y antiguo miembro de la Orchestre National de Bretagne, en la que desarrolló una larga carrera orquestal. A lo largo de su trayectoria ha colaborado con figuras como Mstislav Rostropovich, Jane Birkin, Angélique Kidjo, Ibrahim Maalouf o Carlos Núñez, lo que refleja su versatilidad entre lo clásico, lo contemporáneo y las músicas del mundo.
Instalado en España, compagina su faceta de concertista con proyectos propios como “Chelo romántico” o recitales a la luz de las velas, en los que versiona grandes éxitos del pop y el rock además de repertorio clásico. En la actualidad desarrolla en Madrid una línea de trabajo que explora la fusión del violonchelo con el flamenco y otras músicas populares, colaborando con diferentes artistas de la escena local como el pianista flamenco Pablo Rubén Maldonado.
05-002 Teatro en Liberarte con Self Services Makers. 18 de febrero de 2016.
La imagen recoge un momento del pase de microteatro “Maestro Reiki” en Liber Arte, Cantina Cultural (Lavapiés) el 18 de febrero de 2016, dentro de una sesión organizada por Happening Madrid con la compañía Self Service Makers
La fotografía muestra a uno de los actores en primer plano, vestido con camisa clara remangada y un pañuelo anudado a la cabeza, que deja caer una melena rizada de aire casi pirata o bohemio, reforzando el tono cómico y desenfadado de la pieza. El encuadre corta por debajo del pecho y sitúa su gesto —una mano suspendida en un movimiento expresivo, como si estuviera explicando algo al público o invocando una energía invisible— en el centro de la escena.
Self Service Makers (SSM) era una compañía y productora madrileña que trabaja en formato de microteatro, cortometrajes y otros proyectos audiovisuales, combinando formación actoral con la creación de piezas breves para salas pequeñas. Han desarrollado temporadas de microteatro en distintos espacios de la ciudad, presentando obras como “Isabel Coixet”, “Tú eres mi padre”, “Maestro Reiki”, “La obra de Dios” o “Fantasma”, entre otras.
En las colaboraciones que Happening Madrid realizaba con las compañías se seguía una dinámica clara: se contactaba con la compañía, se elegía un local de afinidad cultural —en este caso Liber Arte— y se fijaba una fecha para ofrecer al público una sesión de varias piezas cortas en un ambiente distendido, a menudo acompañadas de música o propuestas gastronómicas. Este modelo permitía a grupos independientes mostrar su trabajo con costes reducidos y una relación muy directa con el público habitual de los bares culturales.
El microteatro vivió un auge en Madrid a partir de la década de 2010, con espacios dedicados en exclusiva a este formato (Microteatro por dinero es el ejemplo más claro) y la proliferación de ciclos en bares, cafés y locales alternativos. La fórmula —obras de 10 a 20 minutos para grupos reducidos, en espacios no convencionales— facilitó experimentar con temas, lenguajes y repartos, atrayendo a un público joven que buscaba propuestas asequibles y cercanas, y ofreciendo a actores y compañías como Self Service Makers una plataforma ágil para estrenar y rodar proyectos.
En contextos como Liber Arte, el microteatro se integró de forma natural en la programación cultural, conviviendo con recitales de poesía, conciertos acústicos y otras manifestaciones de cultura independiente. La fotografía captura precisamente ese espíritu: teatro de proximidad, realizado casi a pie de barra, donde la frontera entre escenario y audiencia se difumina y la experiencia se vive a pocos metros del intérprete.
05-003 Carlos Martini y Milliana bailando gafieira en Clamores. 24 de septiembre de 2016.
La imagen muestra a Carlos Martini y Milliana bailando samba de gafieira en la Sala Clamores durante el concierto de Sandra Carrasco y José María Cortina del 24 de septiembre de 2016, en un abrazo cerrado y elegante
La fotografía, en blanco y negro, encuadra a la pareja de espaldas al público, abrazada en posición de gafieira: él con chaqueta oscura, ella con vestido de tirantes, apoyada en su brazo y con el cabello recogido. Sus cuerpos forman una silueta compacta y contenida, mientras el gesto de sus manos sugiere un movimiento suave, casi suspendido, que acompasa el ritmo del escenario. Al fondo, ligeramente desenfocada, destaca la luminosa rotulación de “CLAMORES”, que identifica la histórica sala madrileña y sitúa la escena en un templo clave del jazz y las músicas del mundo en la ciudad.
Carlos Martini es un bailarín y profesor brasileño que ha pasado muchos años en Madrid, especializado en samba de gafieira, bolero y otros ritmos de salón, con más de dos décadas de trayectoria enseñando y difundiendo el folklore brasileño. A través de proyectos como Gafieira Madrid ha creado comunidad en torno a este baile, organizando clases, prácticas y exhibiciones que han contribuido a introducir la gafieira en las salas de conciertos de la ciudad.
Milliana era pareja habitual de baile con Martini en exhibiciones y clases, y juntos han actuado en contextos que mezclan concierto y baile social, desde clubes como Clamores hasta ciclos dedicados a la música brasileña. La noche del 24 de septiembre de 2016 se integran en el concierto de Sandra Carrasco y José María Cortina, un espectáculo de aire íntimo y mestizo que, desde el flamenco, se planteaba como una celebración de las conexiones con el jazz y las sonoridades latinoamericanas.
05-004 Montxika Baut en Madreams Music el 2 de noviembre de 2018
La imagen muestra a la compositora, violinista y cantante Montxika Baut en pleno concierto en Madreams Music, el 2 de noviembre de 2018, en un escenario íntimo y rockero con guitarra eléctrica‑acústica roja y un llamativo boa de plumas sobre el pie de micro.
La fotografía, en plano casi completo, presenta a Montxika de pie frente al micrófono, tocando una guitarra roja brillante adornada con incrustaciones, mientras canta con el cuerpo ligeramente girado hacia un lado. Viste vestido negro corto, chaqueta con flecos, medias de encaje y botines de tacón alto, completados con bombín y chapas en la solapa, componiendo una estética entre rock y burlesque.
Un boa de plumas rojo recorre el pie de micro y cae hasta el suelo, aportando una nota de color intenso que guía la mirada hacia el centro de la escena. El fondo muestra paneles acústicos, amplificadores y parte de la batería y un violín apoyado, elementos que sitúan la actuación en una pequeña sala de rock como el espacio de conciertos de Madreams Music.
Montxika Baut
Montxika Baut es el nombre artístico de Mónica Berrozpe Sanjuán (Pamplona, 1978), cantante, música y compositora navarra afincada en Madrid. Su proyecto parte de una base pop‑rock sobre la que mezcla influencias teatrales, cabareteras y de canción de autor, con letras que exploran la identidad, los vínculos y la experiencia cotidiana desde una mirada muy personal.
Ha editado trabajos como el EP “Trayectos” (2017) y nuevas canciones publicadas en plataformas digitales, además de actuar en salas como Fun House, Teatro del Barrio o espacios alternativos de la ciudad. Sus directos se caracterizan por la cercanía con el público y una voz que combina dulzura y garra rockera.
Madreams Music es un espacio musical de Madrid situado en la Avenida de Pedro Díez, en la zona de Carabanchel, concebido principalmente como complejo de locales de ensayo y producción musical. Cuenta con numerosas salas equipadas y ha funcionado también como pequeño club y plató para conciertos, showcases y grabaciones, dentro de lo que algunos medios han denominado el “nuevo Soho madrileño” de naves creativas alrededor de Pedro Díez.
Las colaboraciones entre Madreams Music y Happening Madrid se articulan en forma de conciertos y experiencias musicales en directo que aprovechan la infraestructura de este singular espacio programando artistas de la escena independiente madrileña como Montxika Baut. Estas actividades encajan en la línea de Happening Madrid de convertir espacios alternativos en lugares de encuentro cultural, combinando música, fotografía y crónica para documentar la vida de salas y estudios de la ciudad.
05-005 Danza con Leva-me Para Lua en el Umbral de Primavera. 3 de junio de 2015
La foto recoge un momento de danza descalza sobre el escenario durante el concierto especial de la jam de bossa nova Leva‑me Para Lua en la sala El Umbral de Primavera, el 3 de junio de 2015.
La bailarina aparece en primer plano, vestida con un largo vestido blanco de flores rosas, lilas y verdes, que se abre en movimiento mientras mantiene una amplia zancada sobre el suelo de madera. Su cuerpo se inclina hacia un lado y extiende los brazos hacia delante, sosteniendo en las manos un papel arrugado como si fuera un objeto ritual o un elemento dramático dentro de la coreografía. Está descalza, lo que acentúa la conexión física con el escenario y el carácter orgánico de la danza, cercana al lenguaje contemporáneo y al improvisado.
Leva‑me Para Lua
Leva‑me Pra Lua fue una jam de bossa nova creada en Madrid donde la protagonista era la propia bossa y su capacidad para fusionarse con otras músicas del mundo, reuniendo a cantantes, instrumentistas e invitados especiales. Esa jam session primero se celebra en Liber Arte y luego en Collage de La Latina, ambos locales desaparecidos a día de hoy.
El concierto del 3 de junio de 2015 en El Umbral de Primavera se planteó como una velada especial organizada junto a Abroad Management y Happening Madrid, con repertorio de clásicos del género y espacio para intervenciones de danza y otras artes escénicas.
Dentro de esa propuesta, la presencia de una bailarina en escena subraya la dimensión performativa del evento: no solo se escucha bossa nova, sino que se ve cómo el cuerpo la traduce en gesto, historia y emoción. La fotografía captura precisamente ese instante de cruce entre música y movimiento, donde la delicadeza floral del vestido contrasta con la fuerza de la postura y la intensidad del papel alzado, como si la bailarina ofreciera al público un pequeño rito poético en mitad del concierto.
05-006 Só danço samba en Madreams Music el 13 de noviembre de 2021
La imagen muestra a la banda brasileña Só danço samba actuando en Madreams Music el 13 de noviembre de 2021, en formato acústico e íntimo, con la flautista Leticia Malvares al frente del escenario.
En el centro del encuadre, sentada, aparece la flautista Leticia Malvares con el instrumento en posición de tocar, rodeada por tres percusionistas y un guitarrista, todos en línea frente al cartel de Madreams Music que preside el fondo del escenario. El espacio, con paredes recubiertas de paneles acústicos y batería al fondo, refuerza la sensación de local de directos underground donde el público escucha muy cerca de los músicos.
A la izquierda se ve al guitarrista con guitarra española, mientras que a la derecha destacan dos percusionistas con tambor y surdo rojo, acompañados de shaker de varillas metálicas, configurando un set rítmico típico de samba. La iluminación azulada y violeta, junto con los cables y micros en primer plano, subraya el carácter d concierto de proximidad, en el que la música brasileña se vive de forma directa y sin artificios.i
Só danço samba está formada por Leticia Malvares (flauta y voz), Rubens Allan (guitarra y voz), Eduardo Marreta (cavaquinho y voz), Hilton Cruz (percusión) y Wellington Nego Tinho (percusión y voz), músicos brasileños activos en la escena de samba y choro de Madrid. En noches como esta en Madreams Music, el grupo combina clásicos del cancionero de samba con temas propios, generando un ambiente de roda trasladada a una pequeña sala madrileña.
05-007 Concierto de Borogodó en Caraquiz el 24 de octubre de 2021
El concierto de Borogodó en Caraquiz el 24 de octubre de 2021 muestra al trío brasileño en formato íntimo, tocando al aire libre en una parcela, con percusión, guitarra y flauta frente a una casa decorada con guirnaldas y un letrero de “LOVE” en la ventana.
En primer plano se ve al percusionista Gil Gomes sentado sobre un cajón, rodeado de platos, chimes y pequeños instrumentos, creando un set rítmico muy colorista; viste de blanco y queda ligeramente a la izquierda del encuadre. En el centro aparece el guitarrista y cantante Daniel Mitraud, sentado con guitarra acústica y micrófono, mientras a la derecha Leticia Malvares sostiene la flauta travesera, preparada para tocar, todos ellos conectados a un pequeño equipo de sonido colocado sobre el césped.
El fondo lo forma la fachada ocre de la casa, con una mesa plegable, altavoces y guirnaldas de banderines de colores que refuerzan el ambiente festivo y doméstico del encuentro. La luz del mediodía baña la escena y proyecta sombras de ramas sobre la pared, subrayando el carácter relajado y cercano del concierto, de sobremesa musical entre amigos.
Borogodó y el trío
Borogodó es una formación de músicos brasileños afincados en Madrid que interpreta MPB, bossa nova, samba y pop brasileño, con arreglos cuidados y un enfoque muy acústico. El trío lo integran Daniel Mitraud (guitarra y voz, @dmitraud), Gil Gomes (percusión, @gilpercussionista) y Leticia Malvares (flauta y voz, @leticiamalvares), combinando la calidez de la canción con una altísima calidad de ejecución instrumental.
¿Cómo visitar la exposición?
La exposición se podrá visitar a partir del jueves 4 de diciembre de 2025 a las 20:00h, hora de la inauguración, hasta el domingo 11 de enero de 2026 en la planta de debajo de Big Tree Books (C/ Dos Hermanas, 17) en su horario habitual de apertura.
La entrada es libre para que cada visitante descubra, a su ritmo, los sonidos y silencios que han marcado esta década madrileña.
Hay unas serie de visitas guiadas programadas que se pueden ver reservar en este enlace
Cómo asistir a la inauguración
La inauguración es el 4 de diciembre de 2025 a las 20:00h en Big tree (C/ Dos Hermanas, 17).
Habrá una sesión y fiesta que durará hasta la medianoche.
El acceso es libre descargando la invitación en:
https://entradium.com/events/inauguracion-de-la-exposicion-happening-photo-25
Exposiciones fotográficas anteriores de Happening Madrid sobre la vida musical en Madrid
Entre 2014 y 2016 Happaning Madrid patrocinó tres exposiciones de fotografía con trabajos de Ángel Chamorro. Las tres exposiciones sirvieron para reivindicar la importancia de la música en vivo como motor de convivencia, diversidad y energía en Madrid. Visibilizaron el trabajo de músicos, locales e iniciativas que mantuvieron la cultura musical contra la adversidad, y fomentaron el acercamiento del público a nuevos géneros y artistas
En el año 2016 se expuso la tercera edición bajo el título Happening Madrid Live Music Photo 2016 entre los meses de octubre y noviembre en Liber Arte Cantina Cultural, local referente de la cultura alternativa en el barrio de Lavapiés que desapareció hace ya un tiempo.
En el año 2015 pudimos ver Happening Madrid Live Music Photo 2015 entre los meses de octubre y noviembre en Mama Juana GastroPub, local ya desaparecido del barrio de La Latina https://musicaypitanzas.com/2015/10/19/exposicion-fotografica-happening-madrid-live-music-photo-2015/
La primera edición fue en el año 2014 en Travelling Bar Lavapiés en noviembre de 2015 bajo el nombre Jumping Jam Flash
Expo 2016: Happening Madrid Live Music Photo 2016
La tercera edición de la exposición se celebró en Liber Arte Cantina Cultural (C/ Ave María 32, Lavapiés), desde octubre hasta el 28 de noviembre de 2016. Se presentaron 24 fotografías impresas (formato 30×40), seleccionadas entre cientos de instantáneas tomadas en conciertos y jams entre octubre de 2015 y septiembre de 2016.
La muestra recoge géneros como flamenco, jazz, soul, funk y bossa, rindiendo homenaje a los músicos y locales que mantienen viva la música del día a día en Madrid. Pone énfasis en la diversidad y la multiculturalidad de Lavapiés y en la fusión de culturas que caracteriza la escena musical local.
Entre los momentos y conciertos retratados destacan:
- La última Jam de Diego Guerrero en el antiguo Café Berlín y su reapertura en otra ubicación.
- “Madrid es Negro”, festival anual dedicado a la música afroamericana, con la Big Band de Miguel Blanco en Sala Shoko.
- El vermut musical en Teatro del Barrio con David Herrington.
- Jam sessions y actuaciones de grupos como Cosmosoul, Shirley Davis, De la Purísima (San Isidro), Mayte Martín (Veranos de la Villa) y masterclasses de Sugarhill Gang en Clamores.[1]
La exposición también homenajea festivales, pequeños locales y experiencias comunitarias que han sido clave para la música en vivo en la ciudad.

Expo 2015: Happening Madrid Live Music Photo 2015
La edición anterior tuvo lugar en Mama Juana GastroPub (C/ Oriente 4, La Latina) entre octubre y noviembre de 2015. La muestra incluyó 38 fotos impresas en dos formatos y 141 adicionales solo en digital, cubriendo actuaciones desde noviembre de 2014 hasta septiembre de 2015.[1]
El recorrido visual abarca flamenco, jazz, soul, funk, bossa y otros estilos que animan las noches madrileñas. Se destaca la alta calidad musical y la variedad de jam sessions diarias en la ciudad.
Los espacios protagonistas son emblemáticos locales como El Junco, Sala Caracol, Marula Café, Café Berlín, Clamores, Bogui Jazz, Café Central, LiberArte y Teatro del Barrio, entre otros. Además, se documentan actuaciones en espacios públicos y festivales.
Entre los artistas, se encuentran músicos y grupos variados: Belleville, Celia Mayo Trio, Sweet Adu, Swingdientes, Jorge Vistel, Antonio Lizana, Diego Guerrero, Million Dollar Mercedes Band, Lycantho, Shirley Davies & The Groove Family, Ethnómada y muchos otros, mostrando la amplitud y riqueza de la comunidad musical local.[1]
La exposición rinde tributo tanto a músicos consolidados como emergentes, mostrando diversidad de estilos y escenarios.

Expo 2014: Jumping Jam Flash
La primera exposición bajo el título “Jumping Jam Flash” se presentó en Traveling Bar Lavapiés (C/ Olivar 39) del 29 de octubre al 17 de noviembre de 2014, a partir de las 21:30. El enfoque principal eran las jam sessions de jazz, soul y blues que animan las noches madrileñas.
El concepto de jam session es central: encuentros informales de músicos para improvisar, extendiéndose a géneros variados. Se refleja cómo estas sesiones reúnen tanto a profesionales consagrados como a noveles y aficionados.
Se seleccionaron 12 fotografías representativas de los cientos tomadas por el autor, Angel Chamorro, acompañadas de temas musicales sugeridos para cada imagen. Entre las capturas destacan:
- Arantxa Múgica (The Ladies) en Satisfaction RClub.
- Black Jam de El Junco.
- Susana Ruiz y Yoio Cuesta en El Junco.
- Saulo Oliveira en los lunes de música brasileña en Liber Arte.
- Actuaciones de The Clams, Inoidel Gonzalez y Erica Lucci en diferentes locales.
- Momentos en Plaza del Matadero, evidenciando la diversidad de escenarios y públicos.
Cada foto es una celebración del espíritu optimista de la música en tiempos difíciles para la cultura, reforzando el papel de la música en directo como motor de alegría y comunidad.

Resumen
Happening Photo 25 es una exposición fotográfica que recorre doce años de música en directo en Madrid y documenta cómo la ciudad ha transformado su identidad cultural entre 2013 y 2025. Un viaje que arranca en la reinvención tras el 15M, avanza entre la esperanza de cambio, se detiene en el silencio impuesto por la pandemia y resurge en la melodía renovada del Madrid de hoy.
La exposición Happening Photo 25 reúne 68 fotografías seleccionadas de estos 12 años años de música en Madrid. En sala se presentan en dos formatos de exposición –siete imágenes en 60×40 cm y sesenta y una en 40×30 cm–, pero el coleccionista puede adquirir cualquier obra en dos tamaños.
La muestra está articulada en cinco secciones —Reinvención 15M, Ilusión, Apagón, Mutación y Happening: Comunidad y creación— que permiten entender cómo han cambiado los espacios musicales, sus públicos y sus dinámicas a lo largo de más de una década.
Las fotografías de Ángel Chamorro, tomadas en salas, bares, garitos y espacios alternativos, destacan por su enfoque emocional y directo: imágenes nacidas desde la proximidad, centradas en la energía del instante y en la vida que ocurre delante del objetivo. La exposición combina fotografía, archivos digitales y material audiovisual para ofrecer una mirada amplia sobre la importancia de la música en vivo en la cultura madrileña.
Happening Photo 25 podrá visitarse en Big Tree Books (C/ Dos Hermanas, 17 – Lavapiés) desde el 4 de diciembre de 2025 hasta el 11 de enero de 2026, con entrada libre durante el horario habitual del espacio.
Pedidos y compras
La exposición Happening Photo 25 reúne 68 fotografías seleccionadas de estos 12 años años de música en Madrid. En sala se presentan en dos formatos de exposición –siete imágenes en 60×40 cm y sesenta y una en 40×30 cm–, pero el coleccionista puede adquirir cualquier obra en dos tamaños.
De cada fotografía se pone a la venta una tirada limitada, numerada y firmada en dos formatos:
– Edición 40×30 cm (equivalente a A3): 20 ejemplares por imagen.
– Edición 60×40 cm (equivalente a A2): 10 ejemplares por imagen.
Todas las copias se realizan en papel estucado de alta calidad de 250 gramos, se entregan firmadas por el autor, numeradas (por ejemplo, 3/20 o 7/10) y acompañadas de un certificado de autenticidad específico para cada obra.
Formatos, precios y envíos
Las obras se ofrecen en dos tamaños y pueden adquirirse sin marco o con marco estándar GiftGarden, con diferentes opciones de entrega:
A continuación se resumen los precios finales, con obra, embalaje y envío (en su caso) incluidos:
- Formatos disponibles
- 40×30 cm (edición de 20 ejemplares)
- 60×40 cm (edición de 10 ejemplares)
- Modalidades de entrega
- Recogida en tienda (Madrid, en Big Tree Books)
- Envío a domicilio (Toda España)
| Modalidad / Zona | 40×30 sin marco | 40×30 con marco | 60×40 sin marco | 60×40 con marco |
| Recogida en tienda (Madrid) | 60 € | 80 € | 100 € | 125 € |
| España peninsular | 66 € | 90 € | 106 € | 135 € |
| Baleares | 66 € | 95 € | 106 € | 140 € |
| Canarias | 72 € | 110 € | 112 € | 155 € |
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